lunes, 23 de enero de 2012

Eberhard Edward Conzé

Eberhart (Edward) Julio Dietrich Conze fue un erudito anglo-alemán probablemente mejor conocido por sus traducciones de textos budistas pioneros. (1904 -1979)

Eberhard Conzé

Conze fue una figura compleja. Era un refugiado intelectual europeo, que escapo de Alemania antes de la guerra como muchos otros. Sin embargo, su pensamiento no era representativo de la vida intelectual dominante, siendo muy crítico de muchas tendencias en el pensamiento moderno. Él era un elitista confeso. De hecho, tituló sus memorias autobiografía de un gnóstico moderno, considerando que el gnosticismo era esencialmente elitista. Tampoco aprobaba la democracia o el feminismo.

Sin duda es representante de la generación occidental antes de la guerra, que se desilusionó con el marxismo, especialmente en su forma soviética. Donde se diferenció de los demás estaba en el hecho de que realmente no perdió las creencias religiosas. Él transfirió su idealismo de la política al budismo.




Conze fue uno de los grandes traductores budistas, comparable con los infatigables traductores chinos Kumarajiva y Hsuan Tsang. Ha sido llamado "el primer erudito occidental de la literatura Prajnaparamita". Es especialmente significativo que, como estudioso del budismo también trató de ponerlo en práctica, sobre todo la meditación. Esto era muy inusual en el momento en que comenzó su trabajo, y se le consideraba como excéntrico en la década de los años 1950. Fue por lo tanto, un precursor de los estudiosos occidentales en el budismo.


Adjunto algunas notas escritas por Conzé


La Filosofía Oriental no puede ser entendida si se supone que las mentes de los orientales son cualitativamente diferentes de los occidentales, y que contiene algunos elementos misteriosos que nunca pueden tener un sentido de vida para hombres educados en el Occidente.

Considero la filosofía budista, como la predica el Prajñāpāramitā y argumenta el Nagarjuna y el Chandrakīrti como la más probable, o al menos como la menos  improbable, de todas las actitudes filosóficas.

Llegué a ella por el desarrollo lógico de los elementos que forman parte de la tradición occidental desde hace miles de años, y yo había llegado a los principios básicos mucho antes de que yo había hecho un estudio de las fuentes del sánscrito.

Fue a la sombra de los grandes acontecimientos históricos de los años treinta que tuve mi Asraya-Parāvriti o renacimiento espiritual.

Cambié mi verdad de soporte de la sociedad de comisario revolucionario a los monjes contemplativos budistas y por lo tanto mi trabajo posterior se continúa directamente con mi otro anterior.

»Ich will nicht, daß der alte Conze gegen den jungen Conze gebraucht wird.
In meiner Vergangenheit bedauere [ich] nichts - überhaupt nichts. «

[EC letter, 23|10|76]


domingo, 22 de enero de 2012

Metapolítica: entre el Nomos y el Anomos: Fernando Fuenzalida Vollmar :

Introducción al libro de Eduardo Hernando, Pensando Peligrosamente: el Pensamiento reaccionario y los dilemas de la democracia deliberative

Dr. Fernando Fuenzalida Vollamar


Adjunto el Ensayo del Dr. Fernando Fuenzalida Vollmar Titulado: Metapolítica: entre el Nomos y el Anomos, publicado como Introducción al libro del Dr. Eduardo Hernando Nieto : Pensando peligrosamente: El pensamiento reaccionario y los dilemas de la democracia deliberativa.

Publicado en : "Continente Indiano"

Tres paradigmas históricos, a cual más pesimista, dominan el atribulado horizonte de este fin de milenio y de siglo, el "más sangriento de toda la historia cristiana", al decir de Juan Pablo II.

El primero (1992) el neohegeliano del yanqui nipón Francis Fukuyama, funcionario de la Oficina de Planificación Política del Departamento de Estado Americano y analista de la Rand Corporation. El segundo (1993) el de uno de los nuevos superhombres de Harvard, Samuel P. Huntington, americano también, Director del John M. Olin Institute for Strategic Studies, el mismo que patrocinó a Fukuyama, y ex-director del ya más que polémico Council of Foreign Relations. En éste se persigue las huellas de Spengler. El tercero (1992), menos difundido hasta ahora, el de un filósofo casi ignorado fuera de los círculos más selectos de Europa: el griego Panajotis Kondylis, quien ya desde 1984 se había hecho valer entre los grandes pensadores de hoy por causa de su ensayo sobre Poder y Decisión (Macht und Entscheidung). Kondylis es profesor en Heidelberg y discípulo de Conze. Se suele citar, entre otros, a Nietzsche, Karl Marx y Carl Schmitt como los inspiradores de Panajotis Kondylis.


En poco menos de ocho años la tesis de Fukuyama ha sido proclamada ya urbi et orbi. El argumento central deriva sus rumbos entre Hegel y Nietszche y se aplica a la consumación de la historia desde la doble caída del soviet y el muro: el ingreso a una era en que la victoria de la democracia liberal y el capitalismo se hacen ya irreversibles. Paradójicamente la victoria que anuncia no es la del oscurantismo y el conservatismo social que asociara el marxismo al capitalismo burgués. Sino la de la Revolución Burguesa en Sí Misma ---la americana y francesa--- paralizada hasta hoy, en sus logros,. por la resistencia de fuerzas arcaizantes, mitificadoras y utópicas que representara el marxismo.

Ante el desconcierto de las viejas izquierdas, en el neoliberalismo revolución y reacción invierten de este modo sus signos. Los conflictos que el mundo pudiera seguir contemplando en los años futuros no serán ya otra cosa que insignificantes querellas entre fuerzas que encarnan antiguos valores, en fase de descomposición, y la fuerza progresista del liberalismo, la democracia representativa y el mercado imparables que --desde los Estados Unidos de América-- encarnan la posthistoria sin fin de un mundo unicultural y monohegemónico al que el mismo Fukuyama reconoce, por fin, como un "futuro que no tiene futuro" y que se pierde en el tedio de ideales vacíos y pragmatismo hedonístico.

En el horizonte ideológico brumoso y teutónico en que buscan moverse los tres paradigmas, el modelo de Huntington perfila más bien un Ragnarok o Batalla Final. Los actores principales en el mundo que nace serán --- nos anuncia--- no ya las superpotencias como antes sino los estados centrales de las ocho civilizaciones que juzga primarias: la euro-norteamericana, la europeo-oriental o eslava, la islámica, la confuciana, la budista, la japonesa, la latinoamericana y la africana. Se comportan --sostiene-- como gigantescas "placas tectónicas" que inevitablemente chocaran entre sí, dando lugar a una serie interminable de convulsiones y guerras que modelarán el siglo que nace. Entre tanto, los pueblos con cultura común se están acercando. Los países de culturas plurales se desintegran o enfrentan desgarradoras tensiones. En este nuevo mundo, la política local termina centrada en el conflicto de lo étnico; la política mundial en el de lo civilizatorio a más grandes escalas.

Edward Conze. (Mentor de Kondylis)
Panajotis Kondylis, más esencialmente germano --tal vez justo a causa de su origen helénico-- se esfuerza por trascender de la bruma teutónica a la luz hiperbórea. Más que Fukuyama y que Huntington, sale al encuentro de pensadores insignes de nuestra tradición filosófica que ejercen influencia notable sobre el pensamiento de Schmitt.

Como con la juventud hegeliana a Cieszkowski, le preocupa, ante todo, la relación entre la teoría y la praxis, el divorcio entre la existencia y el texto y entre las lógicas, frecuentemente antagónicas que éstos imponen. La polisemia, universalmente confusa, contradictoria y en el fondo vacía, que revela el examen empírico de nociones comunes como libertad, democracia, liberalismo o libre mercado y que manda y comanda los conflictos de la era ¿es accidental o inherente a la condición del lenguaje en los tiempos modernos? ¿no es acaso ---hace eco a Schmitt-- inherente a la misma palabra --particularmente en el campo político-- el sentido polémico?. Kondylis evade sistemáticamente la trampa que las abstracciones imponen, refugiandose en el hombre concreto colocado en una situación histórica dada.

"Sólo hay existencias humanas colocadas en situaciones concretas, que actúan y reaccionan específicamente en cada ocasión; una de esas acciones y reacciones específicas consiste, según la terminología habitual, en concebir ideas o apropiarse de ellas. Ahora bien, las ideas no intervienen inmediatamente, sino que son sólo las existencias humanas las que van a actuar, en nombre de esas ideas, en el interior de sociedades organizadas. Igualmente, las combinaciones de ideas son la obra de existencias humanas que se fundan sobre su propia relación con otras existencias. En fin, las ideas no son ni vencedoras ni vencidas: su victoria o su derrota representan simbólicamente el dominio o la sumisión de ciertas existencias humanas", sostiene.

"El pensamiento y el lenguaje cuentan entre los instrumentos de la afirmación de sí mismo". "Seguramente, es posible morir por `la' verdad -pero solamente por la nuestra, es decir, la que coincide con nuestra propia identidad". La lógica del combate o --más bien la relación amigo-enemigo como piensa Carl Schmitt define una relación ontológica que trasciende a la ideología y al texto.

Joseph de Maistre
Lo que cuenta, por eso, en último término, en la era que empieza, no debiera buscarse en la lógica del discurso triunfante --mera imagen lingüística en el plano virtual--- sino en la de su relación con la praxis de la que la separa y enfrenta una brecha creciente. El antagonismo y la incoherencia crecientes entre idealización y existencia, entre el lenguaje moral y la acción de la fuerza. Sobre la base de estas incongruencias Kondylis avisora un escenario distinto en el que las fuerzas en juego son más bien las que representan a "pequeños y grandes".

Una lucha orientada de un lado a imponer un esquema uniforme, abstracto y formal en el orden global sobre una negación de las existencias y diferencias humanas concretas y reales; y del otro a afirmar el derecho de las pequeñas naciones a sus propias demandas de libertad y democracia o derechos humanos en los términos propios que sus identidades derivan. Y es que como lo advierte en forma temprana el ultramontano De Maistre quien sostuvo no haber conocido nunca hombres sino simplemente alemanes, griegos, persas o franceses: "…une constitution qui est faite pour toutes les nations, n´est faite pour aucune: cést une pure abstraction, une oeuvre scolastique fait pour exercer l´esprit d´après une hypothése idéale, et qu´il faut adresser à l´homme, dans les espaces imaginaires oú il habite".

El racionalismo instrumental del mundo técnico, la racionalidad utilitarista del Estado de derecho, el individualismo atomista y la impersonalización de los vínculos humanos que ésto trae consigo configuran el peor enemigo de la paz en los tiempos futuros y serán ---según lo percibe Kondylis--- factores cruciales en una reemergencia masiva de nacionalismos e identidades históricas.

A pesar de las diferencias de sus enfoques y aproximaciones específicas los tres paradigmas con los que he elegido en estas páginas presentar el horizonte filosófico que abre el milenio concuerdan en la identificación de una fuerza corrosiva que socava desde sus raices mismas todos los futuros previsibles. Es la fuerza ---o antifuerza--- de la anomia o descomposición moral que afecta las bases de la nueva sociedad desde el momento mismo en que nace.

"A Fukuyama le preocupa el egoísmo y el excesivo individualismo de las sociedades liberales, su implacable erosión de todas las formas de comunidad y de moral social. Para funcionar debidamente, las sociedades liberales dependen de tradiciones culturales no liberales o preliberales, especialmente las que se basan en la religión. Y son precisamente estas tradiciones las que el liberalismo socava. Si todo el mundo se está volviendo liberal, todo el mundo también se está volviendo amoral" comenta Krishan Khumar. "Los liberales lockeanos como… Jefferson o Franklin…no vacilaron en afirmar que la libertad requería la creencia en Dios. 

El contrato social entre individuos con intereses propios racionales, en otras palabras, no se sostenía por sí mismo sino que necesitaba una creencia suplementaria en castigos y premios divinos". "La decadencia ha ocurrido no a pesar de los principios liberales, sino a causa de ellos…no será posible ningún fortalecimiento de la vida comunitaria a menos que los individuos… acepten la vuelta a ciertas formas históricas de la intolerancia" citaba a Fukuyama yo, de mi parte, unos años atrás

Samuel Huntington
Y ahí donde Fukuyama deja abierta esa puerta de la intolerancia a cuya apertura se hará cada vez más favorable en sus escritos y libros posteriores, Samuel Huntington se impone el abrirla desde una perspectiva distinta. Gobiernos y pueblos de todo el mundo se enfrentan hoy a una crisis de identidad ---sostiene--- que resuelven redefiniéndola en términos culturales.

Como resultado de este proceso, la política mundial está siendo reconfigurada a lo largo de líneas culturales. La esencia de los conflictos actuales en el mundo ---dice-- es de naturaleza cultural y los puntos de fricción son aquellos donde distintas civilizaciones entran en contacto. La imagen apropiada ---insiste--- sería la de las placas tectónicas que, al chocar, unas se superponen, otras se hunden, pero, en todo caso, producen graves perturbaciones.

Samuel Huntington, frasea esta geología ficticia de tal modo que termina convirtiendola en un instrumento de homogenización o arrasamiento universal de las diversidades culturales en su esencia ---fundamentalmente religiosa--- bajo el argumento inexorable de que ni la realización del estado de democracia universal ni la del mercado abierto globalizado que considera inseparables del espíritu de la civilización euro-norteamericana podría realizarse sino bajo la cobertura de un solo liderazgo en lo politico y la imposición de un único sistema de creencias, de valores y conductas ---es decir de religión--- que garantizara en lo esencial la uniformidad de la cultura planetaria.

"Uno de los rasgos más definitorios de la Modernidad es el odio a la diversidad cultural. Para la Modernidad sólo puede existir una Cultura, la suya propia. La Modernidad es etnocida por definición y sustancia. Hoy los Estados Unidos se están lanzando a una lucha titánica para eliminar y destruir las grandes culturas que aún subsisten en nuestro planeta. Como nuevos jacobinos a escala planetaria, su objetivo -ya formalmente declarado y asumido- no es otro que el de extirpar de la superficie del planeta todo vestigio de diversidad cultural", según un reciente comentario a propósito del horizonte que Huntington propone.

"El fracaso de los grandes dogmas de la democracia de masas puede conducir no sólo a un largo y salvaje desorden, sino también a un orden brutal donde la política, reducida a la distribución de bienes, impondría por la fuerza una severa disciplina con el fin, precisamente, de realizar esta tarea. Podría entonces conservarse el ideal de la igualdad y seguir interpretándolo en el sentido democrático y material, pero no se podrá hacer lo mismo con las actitudes hedonistas que están en la base del consumo de masas en las democracias occidentales...", sostiene Kondylis por su parte.. "la manera en que la sociedad mundial afronte el problema de la anomia influirá considerablemente sobre la estructura del orden mundial futuro y sobre el carácter de las próximas guerras".

Sugiere en otro lugar que la combinación de democracia de masas y ética universalista podría conducir a una biologización de lo político -una reducción de la política a la simple lucha por la supervivencia. Del pensamiento de Kondylis se deriva una conclusión que era de esperar. Las preocupaciones de Huntington y de Fukuyama no pasan de ser la manifestación de un ansia frustrada de control que se niega a sí misma en su propio principio: ahí donde la autoridad temporal ---que por su propia naturaleza es de orden externo y que arraiga en el dominio de las fuerzas materiales--- y la autoridad moral ---que por su propia naturaleza es de orden interno y de raiz espiritual--- han sido extrañadas del logos, del telos y el nomos que constituyen su principio de armonía en el orden humano, se extiende inevitablemente en la tierra la oscuridad de Saurón y Mordor estableciendo el dominio de Anomos y el Imperio de Anomia.

Donoso Cortes
El problema de la anomia no es, por cierto, una preocupación exclusiva de la escuela sociológica positivista de Durkheim sino que se encuentra entretejido de manera inextricable no solo en la discusión metapolítica de pensadores como Schmitt (¿cómo hablar del nomos sin ocuparse de la anomia?), en las teopolíticas de los ultramontanos como De Maistre, Chateaubriand, De Bonald, Donoso y otros más y, por supuesto en las puramente teológicas de quienes se han ocupado de la escatología o doctrina apocalíptica sobre cuyo tema han llegado ahora a coincidir los pensadores seculares de fin de milenio.

En el otro extremo de la durkheimiana discusión sobre los indicadores estadísticos de descomposición social y las tasas de suicidio se encuentra, más allá de las fronteras entre la latinidad y la ortodoxia una larga tradición de exégesis de los textos paulinos de Tesalonisences y las profecías de Daniel que ha sido compartida en occidente por grandes pensadores como Isaac Newton y en el oriente por filósofos como Nikolai Danilevsky, Vladimir Soloviev y sus seguidores actuales.

Es esta una tradición teopolítica a la que De Maistre no fue ajeno sin duda y con la que con seguridad debió familiarizarse durante las largas noches blancas en las que transcurrieron las veladas de su exilio de San Petersburgo. Su más expresión más explícita está contenida en el texto paulino que sirve de epígrafe a estas páginas y que en libre y moderna traducción puede leerse en éstos términos: "Vosotros sabeís qué es el [ katejón] que impide que se muestre [el apocalipsis de] la secreta anomia… y si es retirado eso que le retiene [el katéjon] el anomos se mostrará abiertamente".

Presentando mis excusas a traductores más hábiles, destaco que las palabras griegas anomia, katejón y anomos, son las que nuestras biblias suelen traducir como "iniquidad", "obstáculo, impedimento o sello" y "hombre de iniquidad" o "anticristo".

Me limitaré aquí a reproducir el comentario de Alexander Dughin, uno de los más destacados pensadores geopolíticos en la Rusia Postrevolucionaria:

"on the teological and soteriologic function of the Emperor, based on the 2nd message of Saint Apostle Paul to Ptessalonicians, in which the question was about the “holding one”, “catejón", the “holding one” is identified by the orthodox Christian exegetes with the Orthodox Christian Emperor and the Orthodox Christian Empire. Catholicism from the beginning - i.e. right after the defection from the united Church - took another model instead of the symphonic (caesarian-papist) one , in which the authority of Roman Pope spread also onto the spheres, which were strictly referred to Basileus's competence in the symphonic scheme. Catholicism broke the providential harmony between the temporal and spiritual dominions, and, according to the Christian doctrine, fell into heresy".

Resulta iluminado, con ésto, el núcleo profundamente escatológico que se oculta tras las formas filosóficas, ideológicas, políticas y aun jurídicas que se muestran en la más o menos agitada superficie de esta discusión sobre el telos de la evolución y del progreso que se prolonga ya por lo menos dos siglos en las sociedades de origen latino y helénico; y que, desde una armazón teológica encubierta por la jerga cientista de las disciplinas sociales de la postrevolución francesa, articula aspectos tan varios de nuestro pensamiento moderno como los que atañen al ultramontanismo, al socialismo utópico, al sinarquismo de Saint Yves, al positivismo sansimoniano y al de Comte, al hegelianismo y a la juventud hegeliana, a los mesianismos politicos de Towianski y de Mickievicz, a los utopìsmos evangélicos y protestantes del siglo XIX, a la ortodoxia paneslávica, al marxismo, al bolchevismo, al nazismo con su aspiración joaquimita y last but not least a las nuevas ideologías seculares de fin del milenio y a los omnipresentes delirios del New Age.

Los nuevos caminos que se abren a la investigación de estos últimos doscientos años perturbados ahora ya no por el fantasma del comunismo sino por el de la anomia encuentran sus primeros exploradores hoy día en las investigaciones de Elinor Schaffer, Laurence Dickey. Krishan Kumar, Christopher Norris, Frank Kermode, Edward W. Said y otros muchos más. Sus precursores en Löwith y en Blumenberg. Sostuvo el primero: "La irreligión del progreso sigue siendo una especie de religión que se deriva de la fe cristiana en una meta [telos] futura y en la que se sustituye un eschatón definido y trascendente por uno indefinido e inmanente".

Pero, una vez establecido, consolidado y confirmado el Reino de Anomia y de Anomos, ésto es el de la "iniquidad", "in-equidad" o "injusticia", aquel en el que las libertades devienen abstracciones y la vida cuotidiana termina por la fuerza y el dinero sometida a una coacción férrea y tiránica, donde los privilegios no se someten más a la medida del deber ni los deberes se acompañan de los derechos respectivos, donde los lazos naturales que vinculan los hombres en una humanidad compartida quedan todos disueltos y el individuo -aislado en tal forma-- es sometido al desamparo total, donde la rectitud de la moral y la eficacia de la fuerza se mantienen en una contradicción insoluble en la que se desgarran las almas…¿a qué es a lo que deberemos llamar reaccionario?.

Eduardo Hernando Nieto, en este libro, nos provée un intento de respuesta: "es ésto finalmente --dice-- lo que representa el pensamiento verdaderamente reaccionario, una Reacción franca ante una acción que convierte esta realidad en un virtual choque entre una cosmovisión ideológica (revolución) y una tradición metapolítica (catolicismo)". Una cosmovisión ideológica ---ésto es, el mero producto de una doxa, una opinión especulativa que aspira a hacerse autónoma frente a la Razón que por necesidad la trasciende. Y una tradición metapolítica, ésto es anclada en un principio trascendente, ese Logos que ya la Ilustración nos dió por perdido y que resplandece por Sí en las tinieblas como eterno garante de unidad y armonía entre espíritu y carne.

August Cieszkowski

Llegados al momento preciso al que Nietszche ---cien años atrás--- hablando de historia,.describió como "la línea de la nada", la fuerza misma de las cosas impone la inversión de valores que se hallan ya en su totalidad trastocados en este patético fin de una civilización que ha perdido su norte. Si, como Fukuyama pretende, en el neoliberalismo revolución y reacción invierten sus signos, la Reacción se hace entonces Revolución finalmente. Se muestra inquebrantable, por fin, como una vocación cada vez más consciente por la restauración del sello, el katéjon en el que se constituye la armonía de espíritu y carne, de la razón moral y la fuerza, de derecho y deber, de colectividad e individuo y en el que se hace nuestra humanidad, en su plenitud, epifánica. Una inversión del hegelianismo epigonal y decadente de Fukuyama y Huntington como la que ya anticipaba Cieszkowski, anticipandose también a Karl Marx al reclamar el retorno de la teoría a la praxis y la rehabilitación de la materia y la carne en la justicia social y económica y como aquella en la que señalaron caminos de encuentro entre trabajo y espíritu, pensadores de la talla de Ernst Jünger y Ernst Niekisch.


Nos conduzca, en la espera, el optimismo de Schmitt:

"El nuevo nomos de nuestro planeta crece irresistiblemente. Muchos no ven ahí mas que muerte y destrucción. Algunos creen vivir el fin del mundo. En realidad, lo que estamos viviendo es el fin de una relación hecha ya antigua. El viejo nomos entra en decadencia y con él todo un sistema de medidas, de conceptos y hábitos adquiridos. Pero lo que viene no tiene por qué ser pura desmesura, ni una nada enemiga de todo nomos. Pueden emerger justas medidas y pueden tomar forma proporciones razonables, incluso en medio del combate cruel entre las antiguas y las nuevas fuerzas. También aquí existen dioses que gobiernan. Inmensa es su grandeza".

El hombre, semejanza e imagen de los dioses --anuncia--- volverá a ser la medida de todas las cosas.

Fernando Fuenzalida Vollmar
Referencias:

Blumenberg, Hans: The Legitimacy of the Modern Age, Cambridge, Mass.1985
Bull, Malcolm: Para que los extremos se toquen, en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis...
Caballero, Carlos: De Fukuyama a Huntington o la legitimación del etnocidio, Textos para la Disidencia, Tabularium, Inet 1999
Chizhevsky, Dimitri: Russische Geistgesichte, Hamburgo 1959
Cieskowski, August: Prolegomena to Historiosophie en L. Stepelevich ed. The Young Hegelians. New York Liebich 1983
Cieskowski, August: Selected Writings. New York, Liebich 1979
Danilevsky, Nikolai Yakovlevith: Russland und Europa-Rossiya i Europa (1869)
De Maistre, Joseph: Considérations sur la France. Lyon 1850
Dickey, laurence: El industrialismo sansimoniano como fin de la historia, en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis...
Dughin, Alexander: Metaphysics of the Anunciation, Inet 1997
Dughin, Alexander: The Paradigm of the End. Inet 1997
Fuenzalida Vollmar, Fernando: Tierra Baldía-La crisis del consenso secular y el milenarismo en la sociedad postmoderna. Australis, Lima 1995
Fukuyama, Francis, The End of History and the last man.New York: The Free Press, 1992
Huntington, Samuel P.: The Clash of Civilizations, Foreign Affairs, vol 72, Nº3, summer 1993
Jünger, Ernst: Der Arbeiter, Herrschaft und Gestalt. Hamburgo, Hanseatische Verlagsanstalt, Benno Ziegler 1932
Kermode, Frank: Aguardando el fin, en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis y los Fines del Mundo, México, FCE 1998.
Título original Apocalypse Theory and the Ends of the World. Oxford, Blackwell 1995
Khumar, Krishan: El Apocalipsis, el Milenio y la Utopía en la actualidad en Bull, Malcolm: La Teoría del Apocalipsis ....
Kondylis,Panajotis: Planetarische Politik nach dem Kalten Krieg. Berlin, Akademie Verlag, 1992
Kumar, Krishan: El Apocalipsis, El Milenio y la Utopía en la actualidad, en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis...
Löwith, Karl: Von Hegel zu Nietzsche. 1939
Löwith, Karl; Meaning in History, Chicago, Phoenix 1949
Mohler, Armin: Comentario a Kondylis en Textos para la Disidencia, Tabularium, Inet 1999
Niekisch, Ernst: Erinerungen eines deutschen Revolutionärs, Köln, Wissenschaft u. Politik, 1974
Niekisch, Ernst: Menschenfressende Technik, Widerstand Nº4, 1931
Norris, Christopher: Versiones del Apocalipsis: Kant, Derrida y Foucault, en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis...
Schaffer, Elinor: El Apocalipsis Secular en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis...
Schmitt, Carl: El nuevo Nomos de la tierra, en Hespèrides, nov.8,1995
Soloviev, Vladimir: La Russie et l´Eglise Universelle (1889)
W.Said, Edward: Adorno como lo tardío, en Bull, Malcolm, La Teoría del Apocalipsis...

Luis Jaime Cisneros. Su actualidad

Comparto nuevamente este escrito en razón de que las enseñanzas del maestro no pasan y siguen vigentes hoy más que antes.

LUIS JAIME CISNEROS: 

 
Autor: Patricia del Río Labarthe
Fecha: 10/12/2006

 
Con la sabiduría y humildad que dan 58 años en la docencia, el maestro recuerda que la buena educación comienza por casa. Varias generaciones de alumnos que hasta el día de hoy recuerdan sus invalorables lecciones han hecho del doctor Luis Jaime Cisneros Vizquerra una de las voces más lúcidas y autorizadas para hablar de educación. A continuación, una clase más del maestro.
 
¿Cuántos años has cumplido como maestro, Luis Jaime?
El próximo año cumplo 59 años enseñando en la Católica.

Nadie más autorizado que tú para decirnos qué significa ser un buen maestro...
Significa redoblar tu fuente de energía, de confianza, de juventud, de alegría y, sobre todo, de certeza en el porvenir. Cuando estás frente a un aula estás frente al porvenir.

¿Qué debe saber un buen maestro para enseñar?
Comprender a la gente, saber escuchar. Todo eso que la gente llama "mi éxito" se debe a que yo aprendí a superar la vanidad y aprendí a escuchar con paciencia.

¿A todos?
Sí, porque descubrí que aún en lo más remoto y oscuro de la conversación ajena, hay algo recuperable, algo importante; que al fin y al cabo te beneficia. Al escuchar descubres que no eres el depositario de la verdad o de la verdad absoluta. La compartes, a veces, con quienes no tienes idea que tenías algo que compartir, o con quienes estarías dispuesto a negarles todo. Yo he aprendido mucho.

Enseñando.
Sí. Hay que aprender a aprender para aprender a enseñar. Descubriendo los obstáculos que se te presentan a ti, intuyes los que se les pueden presentar a los otros, a tus alumnos.

¿Eso te convirtió en un buen maestro?
Eso me convirtió en un profesor.

¿Cómo sabes que tus alumnos te están entendiendo?
Sonríen.

¿Y si están todos serios?
Me preocupo. Sentirte comprendido es sentirte asistido, ayudado. No se trata de que tus alumnos te sigan o te obedezcan, sino de que te ayuden a entender mejor las cosas que tú mismo te empeñas en que ellos vean con claridad.

Se viene una evaluación de maestros complicada, porque probablemente demuestre el bajo nivel que tienen nuestros profesores. ¿Son ellos los responsables de la baja calidad de la educación en el Perú?
Los maestros son los responsables de la crisis de vocación magisterial. Ahora cualquiera quiere ser maestro para salir del paso. Los que sienten que no pueden ser ingenieros o abogados deciden ser profesores.

¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Tiene que ver con la proliferación de institutos pedagógicos?
No. Este es un fenómeno que se está reproduciendo en todas partes, no nos atañe solo a nosotros. Socialmente, la profesión magisterial ha ido decreciendo, lentamente. Antes un maestro, era un maestro, pues. Ahora cualquiera puede serlo, porque se considera más fácil que cualquier otra profesión.

¿Y se necesita una vocación especial para educar?
Sí, por supuesto, ser maestro es una vocación por entregarse al otro. Tú has tenido experiencia, Patricia. Tú sabes cómo es. El día que te llega ya estás comprometido con la docencia, y ya no hay nada más que hacer. Pero insisto en que esta vocación empieza por un saber escuchar. Te obliga a compartir con el otro. Más que ganas de transmitir lo que sabes, enseñar consiste en proporcionarle al alumno lo que no tiene.

¿Qué cosa no tienen nuestros alumnos hoy? ¿Qué les tendría que proporcionar la escuela?
Fe.

¿En qué?
En la inteligencia, fe en ellos, en que pueden. La escuela no puede hacerte creer que el conocimiento se adquiere fácilmente. El conocimiento tiene que costarte trabajo. Debemos luchar para ser los descubridores del conocimiento, los aprovechadores del conocimiento. Y así aprenderemos que tenemos derecho a usufructuarlo, porque no lo hemos recibido gratuitamente, nos ha costado. Si la escuela no anuncia que el problema existe y existe para tu formación, estás perdido. La gente se ha asustado con los problemas.

Cuando en realidad un problema es un reto.
Es eso, exactamente. Pero la escuela nos ha hecho creer que es un obstáculo. Los griegos inventaron el problema para ponerte a prueba. Para que descubrieras que podías resolverlo ingeniándotelas, esforzándote, pensando, creando. El objetivo del problema es que tengas fe en ti, no en el obstáculo. Tienes que tener la fuerza, la voluntad, la inteligencia y la decisión para superarlo. Y si no tienes eso, mi deber es ayudarte a encontrarlo. No dártelo.

Enseñar no es dar.
No, como maestro te pongo en condiciones de que encuentres y busques el conocimiento. La idea es que te martirices. Esa es mi tarea.

¿Se está confundiendo conocimiento con datos? ¿Se están limitando las escuelas a dar información?
Sí. La escuela proporciona datos para la vista y para el oído. La cabeza no interviene en el proceso, solo el dedo (hace ademán de apretar un mouse). La máquina no te puede dar lo que no tiene, tú le tienes que dar lo que ella no te puede ofrecer.

¿Cuál es el mecanismo para que los alumnos alcancen el conocimiento?
Uno de los más importantes es, definitivamente, la lectura.

¿Cómo lograr que los niños empiecen a leer?
Si no les creas el hábito no hay forma. A mí me inculcaron la lectura en casa. Mi nieto menor, Luis Jaime, todas las semanas va al Virrey a jugar con la gata Tilsa y a comprarse su libro. Es un niño pequeño, pero ya tiene memoria de todos los libros que ha comprado, por los dibujos, porque todavía no lee. "Ya tengo chanchitos", dice, y me los trae, para que yo se los lea. Él sabe que tiene que comprar libros... la misma suerte tuve yo.

¿Cómo hacen los maestros con los niños a los que no se les inculca la lectura en casa?
No tengo experiencia de enseñanza con niños, toda mi experiencia docente es con jóvenes o adolescentes. Pero lo que sí puedo ver en relación con la lectura y el pensamiento de las criaturas, es que el chico tiene que encontrarse en el libro. Por ejemplo, a mi nieto le leo un cuento, -inventado por mí, porque su libro solo tiene dibujos- de un osito que va con un lápiz por el mundo. Cada vez que se lo cuento me anda corrigiendo y me dice "falta abuelo", cuando le cambio la historia. Y yo pienso, qué le habré dicho la última vez, y tengo que recordarlo porque él sí tiene la historia interiorizada. (Risas).

Y para lograr esa interiorización, tú señalas que no siempre hay que hacerlo a través de obras literarias...
Sí, eso es absolutamente absurdo. No se trata solo de leer literatura. Hay textos hermosamente escritos que no son literarios: ensayos, descripciones de arte...
Además a los alumnos hay que hacerlos escribir una carta o inventar sus propios cuentos y leerlos. ¿Por qué solo deben leer lo que han creado otros?

La idea es que se enfrenten a distintos usos del lenguaje.
Sí. La lectura es lenguaje. Si dices, "el triángulo tiene tres ángulos", es verdad y está bien dicho. Pero si prefieres puedes decir "tres ángulos tiene mi triángulo", y eso es más bonito (risas). Yo aprendí a leer periódicos en la escuela. Mis clases de Educación Cívica fueron siempre con periódicos, discutíamos lo que decían sobre la guerra del Chaco, los partidos de fútbol de Uruguay, Argentina o la invasión a Abisinia. Nos enterábamos de todo lo que pasaba en el mundo. Leíamos editoriales y noticias y los comparábamos.

Además hay que tratar de descubrir lo que les interesa a los chicos.
Así es. Los alumnos tienen que descubrir que tienen preferencias que no tienen por qué ser las del maestro. La lectura tiene que enseñarles a discrepar, a conversar, a discutir, porque si no, no los independiza. La lectura robustece y afirma la personalidad...

¿A qué está condenada una sociedad que no lee?
A la incomunicación. Una sociedad que no lee no hace futuro, el horizonte está cerrado para ella.

Pero nuestros alumnos ni siquiera están aprendiendo a leer en la escuela...
Ahí hay un gran problema. Cuando se discute sobre el problema de la educación todo el mundo habla de la escuela y de los maestros. Nadie habla de la familia, ni del Estado ni de la sociedad. Recordemos que antes de la escuela está la casa, pero la familia ya no se ocupa de la educación. Todos piden nuevos programas educativos, más sueldos para los maestros, pero de eso no se trata. Si la sociedad no se ocupa, si las empresas no se involucran, no hay solución posible.

Confiep ya dio ciertos pasos en ese sentido...
Sí y lo importante es que participen como coeducadores, no como protectores, ni como patrones.

¿Qué significa ser un coeducador?
Que todos deben tener una preocupación docente. Nos deben preocupar los alumnos porque son ciudadanos. La escuela forma ciudadanos y ese principio tan básico se está perdiendo. Antes de que un chicos esté listo para ser abogado o ingeniero, se necesita que sepa leer y escribir y que sepa sus derechos y cuáles son sus obligaciones. Pero si tu familia te manda a trabajar a la esquina, el empresario te enseña a hacer trampas y si nadie te enseña que lo que vale es la verdad, no hay forma. En este proceso tienen que participar todos: la familia, el empleado, el empleador, el Estado... El Consejo Nacional de Educación plantea la necesidad de fomentar la sociedad educadora.

¿Quién no está cumpliendo con su rol educativo en este momento?
La sociedad entera. Todos creen que el problema es del otro. Los maestros queman llantas y se la pasan discutiendo cosas absurdas con el gobierno, como sus sueldos. El Ministerio de Educación no tiene que discutir sueldos con los maestros, eso le toca al Ministerio de Trabajo. Tampoco tiene que discutir con los padres de familia sobre los programas de estudio. Con ellos debe evaluar que sus hijos vayan a la escuela, que lleguen bien alimentados, que estudien...

En este contexto en que todos parecen haber abandonado su rol. ¿Cómo están llegando los alumnos a las universidades?
Sorpresivamente (risas). No llegan los esperados. Por eso se han creado las formas más absurdas de ingreso. ¿Has visto los tristes avisos de las universidades? Compiten con Saga Falabella y Plaza Vea ofreciendo facilidades. Ningún aviso habla de exigencia. Todas ofrecen ingreso rápido, fácil, permanente, directo. Ahora se privilegia cantidad y ya no la calidad de estudiantes. Antes, a la escuela se iba para tener más conocimiento que te permitiera moverte en la vida. Desgraciadamente, un chico que termina media hoy no está preparado para trabajar. No está preparado como persona. Y así llega a la universidad.

¿Qué está haciendo esta formación en las nuevas generaciones?
¿Qué tipo de jóvenes y niños estamos formando?
Confusos. Fíjate los chicos eligen hoy en día, márketing y culinaria, que son las carreras de moda. ¿Cuál es la ciencia? ¿De qué se trata, solo de saber vivir? Lo veo en algunos de mis amigos: antes se ponían furiosos porque sus hijos no querían estudiar Derecho y no sabían a quién le iban a dejar el estudio, pero ahora están felices porque sus hijos van a ser chefs. Parece que lo importante es vivir bien, pero yo no sé si eso es realmente gozar la vida. Tengo la impresión, aunque la palabra suene un poco huachafa, de que todo lo concerniente al espíritu ha decaído. Y eso me da mucha pena.

¿Por qué?
Porque cuando menciono el espíritu no hablo de una cosa fofa, sino de una serie de cosas que comparto, inteligentes, humanas que miran a la ciencia, al arte. Es un todo integrado. Siento que cuando hablo de esto me alejo de mucha gente. Me miran como un bicho raro, sospechoso de algo (risas).

Uno de los pilares de la propuesta del Consejo Nacional de Educación es promover una educación de calidad para todos. ¿Qué implica esto?
Esa es una manera de luchar por los derechos. Para la Unesco, la calidad consiste en que las experiencias a las que deban ser sometidos todos los alumnos sean las mismas, todas de primera calidad. Porque lo que tiene que poner de relieve la educación es tu condición humana. Si la escuela no prepara personas, ha fracasado.

Tú has estado vinculado a la educación muchos años, Luis Jaime. ¿Has conocido a algún gobernante o ministro que realmente tuviera clara la forma como se debía trabajar?
Solo Basadre. Por lo demás, nadie ha arriesgado una política educativa seria. El gobierno militar lo intentó, pero fracasó porque se politizó toda la propuesta. Los gobiernos plantean políticas educativas y no se dan cuenta de que están diseñando un proceso al que hay que hacerle seguimiento, que no puede durar menos de 15 años. El Consejo Nacional de Educación ya planteó los lineamientos para el 2021. Solo así se puede hacer un seguimiento serio a los alumnos desde que entran a primaria hasta que salen del colegio. El problema es que ningún ministro dura 15 años.

¿Tú tienes optimismo en que esto vaya a cambiar?
Sí. Pienso que algún día habrá un ministro que convoque, en distintos lugares del país, a una delegación de estudiantes de cuarto y quinto y media, para escucharlos. Les preguntará qué reciben, qué tienen, qué les falta, qué les pasa... Si después hace lo mismo con profesores de media y de primaria, tal vez descubra el país que tiene por educar.

Pero para eso hay que saber escuchar.
Ahhh... ese es el problema. Si no aprendemos a escuchar no hay salida. El maestro no tiene soluciones listas a los problemas de sus alumnos, el maestro tiene que aprender a buscar soluciones ayudando al otro a encontrarlas.

Tú siempre tuviste una capacidad especial para saber para qué servía cada uno de tus alumnos...
Bueno, esa es la vida profesional. Pero no creas, me equivoqué con varios, porque el hombre es siempre un desconocido.

¿El mejor maestro es el que nos enseña algo de nosotros mismos?
Es el que te ayuda a descubrirte. El que te muestra que eres mejor de lo que creías. Que no eres el que creías, que eres otro.


Video 1 Luis Jaime Cisneros 


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