Biografía de Marcel Mauss
(1872-1950)
24 de enero de 2011 | Por: Miguel Leopoldo Costilla.
Palabras clave: Emile Durkheim - Lucien Lévi-Bruhl - Marcel Mauss - Paul Rivet - Robert Hertz
Marcel Israël Mauss
Marcel Israël Mauss nació en Épinal el 10 de mayo de 1872. Estudió Filosofía en la Universidad de Burdeos y en la École Pratique de Hautes Études de Paris, en el mismo periodo en que Durkheim se desempeñaba como profesor primero de una y luego de otra.
Pertenece a la primera generación francesa de etnólogos, sociólogos comparativistas y folcloristas junto con Paul Rivet, Lucien Lévi-Bruhl, Robert Hertz, entre otros, reunidos todos ellos, desde 1896, alrededor de la revista Année Sociologique.
Hasta 1902 «el sobrino de Durkheim», había publicado una decena de artículos, se había orientado al socialismo desde sus días de estudiante, había participado, junto con su amigo Jean Jaurés, activamente en la defensa de Alfred Dreyfus y Émile Zola y había sido nombrado profesor de Histoire des religions des peuples non civilisés en la École Pratique de Hautes Études de Paris. Un breve repaso de esos artículos muestran ya los intereses que articularían una obra de sesenta y tantos trabajos, publicados entre 1896 y 1939 (es decir hasta el ingreso de Francia en la Segunda Guerra Mundial).
Pasemos a enumerar estos problemas: la cuestión metodológica doble de una heurística para la sociología y de su relación respecto de las demás ciencias; los problemas de organización social o más precisamente de morfología social; los problemas jurídicos y de cohesión social y los problemas de representaciones colectivas.
Todas estas líneas de interés, comunes a su generación y compartidas por su maestro cristalizarían en la fundación, junto con Rivet y Lévy-Bruhl, del Institut d’ethnologie de l’Université de Paris en 1926.
Pero es importante tener en cuenta que estas preocupaciones se verían cruzadas, en el caso de Mauss, por un interés propio acerca de las relaciones entre sociedad y agente. Así pues, la especificidad de su planteo respecto de su tío, y de sus contemporáneos, estuvo motivada por una preocupación por el hombre real, es decir por el cruce complejo de diversos órdenes -desde los procesos psicofísicos hasta las prestaciones económicas, contratos y rituales; desde «las más humildes y concretas de nuestras costumbres» dirá Lévi-Strauss, hasta la morfología social- que conforman la vida de los agentes incluyendo la vida biológica y la muerte.
En ese sentido el «hombre real» de Mauss, es una propuesta que concilia el enfoque global de la sociedad con el estudio de las prácticas y, por lo tanto con la multitud de agentes y situaciones sociales.
Podemos suponer que esta atención al detalle de la vida y costumbres concretas establecía una diferencia respecto de Durkheim: Mauss no estaba interesado en una teoría social, es decir en un intento sistemático de dar una respuesta definitiva a los problemas planteados más arriba. Y esto se traducía en una elección retórica: Mauss expondría los resultados de sus investigaciones bajo la forma de artículos, frecuentemente titulados como “ensayo”, “esbozo” o “fragmento”.
Esta diferencia, entre una teoría definitiva y una teoría provisional se expresaba en todo un conjunto de contrastes. Allí donde Durkheim hablaba del hecho social Mauss reorientaba la heurística hacia el hecho social total es decir hacia aquellas situaciones donde “se expresan a la vez y de golpe todo tipo de instituciones: las religiosas, jurídicas, morales y económicas (…) a las cuales hay que añadir los fenómenos estéticos a que estos hechos dan lugar, así como los fenómenos morfológicos que estas instituciones producen” .
Como observa Denise Paulme la coherencia interna de una sociedad “es tan compleja que aun describiendo fragmentos separados con el mayor escrúpulo, jamás se logra más que una imagen plana de dos dimensiones. Felizmente hay casos donde la coherencia se encuentra en complejos menos extendidos, momentos privilegiados en los que el todo puede ser aprehendido en un instante.
El potlach de los indios norteamericanos, así como el kula melanesio estudiado por Malinowski, sería uno de esos casos privilegiados que obligan al observador a ir más allá de las categorías de lo habitual”. Pero estos fenómenos planteaban una relación más compleja entre sociedad y agente social que la de la coacción por el respeto a las representaciones colectivas. Para Mauss la coacción y la voluntad no se oponen: gratuidad, interés y obligación se reúnen en la actuación de los agentes en las prestaciones sociales.
“hace ya tiempo que la sociología se ha separado de su madre nodriza, la filosofía, hace ya más de treinta años que Durkheim supo defenderla contra el simplismo individualista de Tarde (…) Estamos de acuerdo sobre dos hechos fundamentales: sobre el carácter fenomenológico y experimental de nuestras dos ciencias por un lado, y por otro, sobre la división entre ellas”
Estrechamente relacionado con lo anterior, si bien el programa de la sociología francesa intentaba un deslinde de la sociología en relación con la psicología (cuestión claramente establecida en Las reglas del método sociológico) Mauss planteó un conjunto de relaciones. Por supuesto estas relaciones se hicieron factibles por el avance en la conformación de estas ciencias como disciplinas claramente diferenciadas.
En 1924, escribía Mauss “hace ya tiempo que la sociología se ha separado de su madre nodriza, la filosofía, hace ya más de treinta años que Durkheim supo defenderla contra el simplismo individualista de Tarde (…) Estamos de acuerdo sobre dos hechos fundamentales: sobre el carácter fenomenológico y experimental de nuestras dos ciencias por un lado, y por otro, sobre la división entre ellas”. Dada esta identidad científica claramente establecida el punto estratégico de las relaciones entre psicología y sociología se encontraba en el simbolismo, noción común a ambas.
El símbolo, tal como lo proponía Mauss, era relevante no sólo en plano de las transacciones, por lo tanto en la comunicación, sino que también era eficaz y eran las complejidades de esa eficacia las que le interesaban: las actividades simbólicas de la sociedad, el ritual religioso, el mito, la magia, son eficaces cognitivamente pero también son eficaces en la generación de estados de conciencia como la excitación y el éxtasis, y pueden llevar incluso -fenómeno en el que Mauss se había interesado desde su colaboración en El suicidio de Durkheim- a la muerte, a la tanatomanía.
Pero además, en la medida en que una representación significa otra o presupone una costumbre, el simbolismo era una vía de acceso hacia el descubrimiento de la coherencia interna de una sociedad, o hacia el carácter sistemático y holístico de una actividad.
Es en relación con el simbolismo que Mauss plantea una diferencia muy importante respecto de Durkheim. Allí donde las Formas elementales de la vida religiosa propusieron la homogeneidad de lo sagrado como expresión de la colectividad, Mauss (en esta ocasión junto con Hubert) plantea la heterogeneidad de la magia, es decir, la generación de posiciones sociales diferenciadas, ocupadas por cosas y personas de acuerdo a su poder o a su potencialidad de intervención en relación con necesidades igualmente diferenciadas.
Aquí es de extrema importancia la noción «idea práctica», referida al carácter inseparable de actos y representaciones y su formalización en un juicio a priori que da racionalidad a la creencia y al ritual a la vez que los protege de cualquier invalidación a través de la experiencia.
Finalmente, en el periodo de posguerra, mientras preparaba las obras póstumas de Robert Hertz (Mélanges de Sociologie) y de Hubert (Los celtas), y asumía la dirección del L’Année sociologique (Durkheim había muerto en 1917), Mauss planteó, frente a la semejanza de la sociedad segmentaria asegurada por la conciencia colectiva, la heterogeneidad generada por los armónicos del contrato primitivo y por el poder de las cosas, tal como podría interpretarse a partir de las prestaciones totales agonísticas.
Las obligaciones morales de la transacción no sólo vinculan sino que también diferencian a través de los objetos; no son sólo obligaciones de un grupo con otro, sino que también remiten al honor, y por lo tanto a diferencias de posiciones similares a las producidas por las operaciones mágicas.
Fue este programa propio, que requería una atención enorme en la descripción, el que animó las Instrucciones de etnografía descriptiva, curso dictado por Mauss desde 1926 hasta 1939, y publicados en 1947 como Manual de Etnografía.
Murió en París el 11 de febrero de 1950. Su influencia se extenderá, indudablemente, por mucho tiempo.
http://teoriasantropologicas.com/2011/01/24/marcel-mauss-1872-1950/
https://youtu.be/4_bsGMv1Ns8
Notas
Mauss era poco afecto a ilustrar sus ensayos. Sólo incluía lo que le parecía esencial, cuadros estadísticos de los que extraía conclusiones, dibujos que hacían comprensible una idea o, como en este caso, un pequeño mapa con los establecimientos de invierno y de verano en Angmagssalik para mostrar cómo operaba, en un sentido no sólo adpatativo sino además "social", la morfología estacional entre los esquimales (Sociología y Antropología, pág. 396). Tesis fructífera que después inspiraría al antropólogo británico Evans-Pritchard para explicar el mismo fenómeno entre los pastores nuer del Sudán nilótico. © Editorial Tecnos
Casi todos los discípulos de Durkheim morirán durante la I Guerra Mundial. Entre ellos, un entrañable amigo de Mauss, Robert Hertz, poseedor de una mente tan brillante como la de él. Autor, entre otros, de Contribución a un estudio sobre la representación colectiva de la muerte (publicado recién en 1907) y La preeminencia de la mano derecha: estudio sobre la polaridad religiosa (1909), fallece al frente de sus hombres en el ataque a Marchéville en abril de 1915.
Mauss le dedicaría, a modo de homenaje, un artículo publicado en el Journal de Psychologie en 1924, Efectos físicos ocasionados en el individuo por la idea de la muerte sugerida por la colectividad. De ambos se ha dicho son los verdaderos padres de lo que después será el estructuralismo levistraussiano.
En los Argonautas del Pacífico occidental, Malinowski había descripto con detalle y vivacidad el kula, un complejo sistema de intercambio mantenido por los nativos de las islas Trobriand, próximas a Nueva Guinea. Este hecho, junto con otros aparentemente diferentes, como el Potlatch descripto por Boas en la costa noroeste de América del Norte, poemas escandinavos o el derecho védico, servirán a Mauss para elavorar su famoso Ensayo sobre los dones, donde analiza la razón y las formas del cambio desde una perspectiva unificada. Canoa trobriandesa utilizada en el kula. ©Herederos de B. Malinowski.
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