Antes, había dos universos que no necesariamente se tocaban. La casa, el espacio para desplegar la vida propia e íntima según el antojo de cada uno. Y la Plaza Pública, el sitio en el que se dirimían los asuntos políticos.
Los antiguos griegos para referirse a la vida empleaban los terminos: “Bios” y “Zoe”. Bios se refería a la vida de un individuo, por lo que se asociaba a su tiempo de existencia. Zoe, en cambio, era La Vida en general, considerada como fenómeno extra-temporal, como vida eterna indiferenciada, que existe más allá de los individuos.
En el nuevo testamento la biblia utiliza diversos terminos griegos para traducir la palabra vida , Bios y Zoé, que se refieren a dos tipos de vida: una natural y otra espiritual respectivamente. Biblicamente la vida "bios se refiere a la vida natural, biológica que tienen los seres humanos, comienza al necer y termina al morir. En los seres humanos o incluso en los animales la vida Bios es la existencia que se limita a satisfacer las necesidades físicas y almáticas (Mr. 12: 43-44).
... Αλλά στη φτώχεια της, έδωσε όλα όσα είχε να ζήσει.
La vida "Zoé" es la vida que Dios tiene en si mismo y que ha sido manifestada por medio de su hijo Jesucristo al mundo para que todo aquel que cree en El no se pierda sino que tenga vida eterna. (Jn 1:2; Jn 5:26; 3:15-16; 10:10)
ο υιος του ανθρώπου πρέπει να υψωθεί, ότι όποιος πιστεύει σ 'αυτόν να έχει αιώνια ζωή
Για όσο ο Πατέρας έχει ζωή μέσα του, έτσι έχων έκανε ο γιος έχει ζωή από μόνο του
Για όσο ο Πατέρας έχει ζωή μέσα του, έτσι έχων έκανε ο γιος έχει ζωή από μόνο του
En términos filosóficos, el pensador Giorgio Agamben lo dice de ésta manera: los griegos diferenciaban bios y zoe.
“Bios hace referencia a la manera de vivir propia de un individuo o de un grupo al estilo que le es propio; zoe, en cambio, al hecho de vivir común a todos los vivientes. Y los griegos distinguían el espacio propio de cada una de estas vidas: mientras la casa era el lugar propio de la zoe, la polis lo era del bios”.
“Bios hace referencia a la manera de vivir propia de un individuo o de un grupo al estilo que le es propio; zoe, en cambio, al hecho de vivir común a todos los vivientes. Y los griegos distinguían el espacio propio de cada una de estas vidas: mientras la casa era el lugar propio de la zoe, la polis lo era del bios”.
El pensador italiano Maurizio Lazzarato en el escrito Del biopoder a la biopolítica señala que Michel Foucault, a través del concepto de biopolítica, nos había anunciado desde los años setenta lo que hoy día va haciéndose evidente: la "vida" y lo "viviente" son los retos de las nuevas luchas políticas y de las nuevas estrategias económicas.
Nos dice que desde el siglo XVIII, los dispositivos de poder y de saber tienen en cuenta los "procesos de la vida" y la posibilidad de controlarlos y modificarlos. "El hombre occidental aprende poco a poco lo que significa ser una especie viviente en un mundo viviente, tener un cuerpo, condiciones de existencia, probabilidades de vida, una salud individual y colectiva, fuerzas que se pueden modificar..." [Michel Foucault, La volonté de savoir, p.187.]
Sostiene que la vida y lo viviente, que la especie y sus condiciones de producción se hayan convertido en los retos de las luchas políticas constituye una novedad radical en la historia de la humanidad.
"Durante miles de años, el hombre ha permanecido siendo lo que era ya para Aristóteles: un animal vivo y, además, capaz de una existencia política; el hombre moderno es un animal en la política cuya vida, en tanto que ser vivo, está en cuestión". [Ídem, p. 188.]
Explica que los trabajos de Foucault no estaban sino indirectamente orientados en la descripción de estos nuevos biopoderes. Si el poder toma la vida como objeto de su ejercicio, Foucault está interesado en determinar lo que en la vida le resiste y, al resistírsele, crea formas de subjetivación y formas de vida que escapa a los biopoderes. Definir las condiciones de un nuevo "proceso de creación política, confiscado desde el siglo XIX por las grandes instituciones políticas y los grandes partidos políticos", me parece ser el hilo rojo que atraviesa toda la reflexión de Foucault. En efecto, la introducción de la "vida en la historia" es positivamente interpretada por Foucault como una posibilidad de concebir una nueva ontología que parte del cuerpo y de sus potencias para pensar el "sujeto político como un sujeto ético", contra la tradición del pensamiento occidental que lo piensa exclusivamente bajo la forma del "sujeto de derecho."
Argumenta que Foucault interroga al poder, sus dispositivos y sus prácticas, no ya a partir de una teoría de la obediencia y sus formas de legitimación, sino a partir de la "libertad" y de la "capacidad de transformación" que todo "ejercicio de poder" implica. La nueva ontología que la introducción de la "vida en la historia" afirma, permite a Foucault "hacer valer la libertad del sujeto" en la constitución de la relación consigo y en la constitución de la relación con los otros, lo que es, para él, la "materia misma de la ética." Habermas y los filósofos del Estado de derecho no se han equivocado al tomar el pensamiento de Foucault como un blanco privilegiado, ya que representa una alternativa radical a una ética transcendental de la comunicación y de los derechos del hombre.
Giorgio Agamben: Homo Sacer |
Recientemente Giorgio Agamben, en un libro que se inscribe explícitamente en las búsquedas emprendidas alrededor del concepto de biopolítica, afirma que la distinción entre la vida y la política que los antiguos establecían entre zoé y bios, entre vida natural y vida política, entre el hombre como simple viviente que tenía su lugar de expresión en la casa y el hombre como sujeto político que tenía su lugar de expresión en la polis, de esta distinción, "nosotros no sabemos nada."
Como en Foucault, la introducción de la zoé en la esfera de la polis constituye el acontecimiento decisivo de la modernidad, que marca una transformación radical de las categorías políticas y filosóficas del pensamiento clásico. Pero esta imposibilidad de distinguir entre zoé y bios, entre el hombre como simple viviente y el hombre como sujeto político, ¿es el producto de la acción del poder soberano, o es el resultado de la acción de las nuevas fuerzas sobre las cuales el poder soberano no tiene "ninguna influencia"? La respuesta de Agamben es muy ambigua y oscila continuamente entre estas dos alternativas.
Totalmente diferente es la respuesta de Foucault: la biopolítica es la forma de gobierno de una nueva dinámica de las fuerzas que expresan entre ellas relaciones de poder que el mundo clásico no conocía.
Como en Foucault, la introducción de la zoé en la esfera de la polis constituye el acontecimiento decisivo de la modernidad, que marca una transformación radical de las categorías políticas y filosóficas del pensamiento clásico. Pero esta imposibilidad de distinguir entre zoé y bios, entre el hombre como simple viviente y el hombre como sujeto político, ¿es el producto de la acción del poder soberano, o es el resultado de la acción de las nuevas fuerzas sobre las cuales el poder soberano no tiene "ninguna influencia"? La respuesta de Agamben es muy ambigua y oscila continuamente entre estas dos alternativas.
Totalmente diferente es la respuesta de Foucault: la biopolítica es la forma de gobierno de una nueva dinámica de las fuerzas que expresan entre ellas relaciones de poder que el mundo clásico no conocía.
Maurizio Lazzarato
Agamben frente a Foucault y Arendt :Dr. Adriano Correia - Universidad Federal de Goiás, Brasil