Littérature française : une référence Édouard Louis ou l’art de la confrontation:
L’auteur d’« En finir avec Eddy Bellegueule » consacre un texte à son père, un homme qui n’a pas eu la chance d’explorer ses potentialités, contrairement à son fils devenu un phénomène littéraire.
Edouard Louis o el arte de la confrontación
El autor de "Ending with Eddy Bellegueule" dedica un texto a su padre, un hombre que no tuvo la oportunidad de explorar su potencial, a diferencia de su hijo se convirtió en un fenómeno literario.
Édouard Louis, nacido con el nombre de Eddy Bellegueule y que más tarde transformó en Édouard Bellegueule, creció en el norte de Francia, en Amiens, en la capital de Picardía, donde precisamente se ambienta su primera novela Adiós a Eddy Bellegueule. Louis creció en el seno de una familia pobre sostenida con ayudas del gobierno: su padre era un trabajador en paro y su madre se ganaba la vida cuidando ancianos.3 La pobreza, el racismo y el alcoholismo le rodean desde su niñez, así como la violencia, temas que abordará en su obra literaria.4
Fue el primero de su familia en ir a la universidad, y en 2011 fue admitido en la École Normale Supérieure de París.5 En 2013 cambió oficialmente su nombre por Édouard Louis.6 Ese mismo año editó la obra colectiva, Pierre Bourdieu. L'insoumission en héritage, en la que analiza la influencia de Pierre Bourdieu en el pensamiento crítico y la emancipación política.7 Con esa misma editorial concibió Des Mots (Las palabras), una serie de textos sobre las humanidades y las ciencias sociales, el primero de los cuales sería para una recolección de ensayos de Georges Didi-Huberman y Didier Eribon.8
En enero de 2014, con 21 años, publicó Adiós a Eddy Bellegueule, una novela autobiográfica. El libro recibió una gran atención de los medios de comunicación. La novela también alimentó el debate y controversia sobre la percepción de la clase trabajadora.12 El libro fue uno de los más vendidos en Francia, con más de 200.000 copias, y se ha traducido a más de 20 lenguas. Didier Eribon habló de la «enorme gesta» del libro y Le Monde y Les Inrocks elogiaron Louis como «un gran escritor que recuerda Thomas Bernhard», mientras que Xavier Dolan destacó «la autenticidad inconfundible de los diálogos, como si Édouard Louis hubiera escrito siempre»
LE MONDE DES LIVRES | 21.05.2018 à 07h00 • Mis à jour le 21.05.2018 à 13h40 |Par Raphaëlle Leyris
L’écrivain Edouard Louis au Palais-Garnier, à Paris, invité du « Monde Festival », en septembre 2016.
El escritor Edouard Louis en el Palais-Garnier, en París, invitado del "Festival Mundial", en septiembre de 2016.
Voilà peut-être ce qui surprend le plus quand on rencontre Edouard Louis : il rit beaucoup. L’auteur d’En finir avec Eddy Bellegueule et d’Histoire de la violence (Seuil, 2014 et 2016), qui aujourd’hui fait paraître Qui a tué mon père, le jeune écrivain qui s’attache à mettre implacablement au jour, par la littérature, les logiques de domination, le sociologue bourdieusien passé par Normale Sup, prompt à ferrailler en public, de tribunes en interviews, se révèle, dès que l’on s’éloigne un peu de ce qui lui inspire colère et gravité, un interlocuteur jovial. Il plaisante, démontre un talent certain pour l’imitation, se marre… Ce rire, il nous dira qu’il l’a « travaillé », adolescent, pour le rendre moins bruyant, comme il a travaillé à effacer son accent picard, à redresser sa posture (il se tient en effet très droit), à tenir ses couverts selon les usages de la bourgeoisie… Bref, comme il a façonné toutes ces choses constituant un « habitus », dit-on en sociologie. Il a répété les gestes à la façon dont il répétait des scènes de théâtre, jusqu’à se les approprier.
Traducción personal: PAV
Esto es quizás lo más sorprendente cuando conoces a Edouard Louis: se ríe mucho. El autor de Adiós a Eddy Bellegueule y una historia de violencia (Seuil, 2014 y 2016), que hoy lanzó Quién mató a mi padre, el joven escritor que se esfuerza por sacar a la luz implacablemente, por la literatura, la lógica de la dominación, el sociólogo Bourdieu pasó por Normale Sup, rápida para el salir en los foros públicos en las entrevistas, se revela tan pronto como uno que se aleja un poco de lo que inspira la ira y la gravedad, un interlocutor jovial. Bromea, muestra cierto talento para imitar, está harto ... Esta risa, él nos dirá que "trabajó", desde adolescente, para que sea menos ruidoso, mientras trabajaba para cambiar su acento de Picard, para mejorar su postura (como su educación es de derecha), para mantener su cubierta de acuerdo con las costumbres de la burguesía ... en definitiva, sus selecciones constituyen un "habitus", como dicen en la sociología. El repitió los gestos en la forma en que repetía escenas de teatro, hasta apropiarse de ellos.
C’était à l’époque du lycée. Elevé à Hallencourt (Somme), dans une famille du « lumpenprolétariat », au sein d’un milieu où, comme il l’a raconté dans son premier roman, le jeune garçon homosexuel était rejeté pour ses manières précieuses et ses goûts, et persécuté par les caïds du collège, Eddy Bellegueule était devenu interne dans un lycée du centre-ville d’Amiens, où il était entré grâce à l’option théâtre. « Le théâtre, résume-t-il, a été ma porte étroite » ; l’interstice par lequel il a pu échapper à sa famille, fausser compagnie au déterminisme. « En finir avec Eddy Bellegueule », pour devenir Edouard Louis, son nom officiel depuis 2013 – « Louis » est du reste une référence au personnage principal de la pièce Juste la fin du monde, de Jean-Luc Lagarce (1990). Il souligne qu’à Madeleine-Michelis, établissement fréquenté en majorité par les enfants de la bourgeoisie amiénoise, « c’était incroyable de voir comme les classes de théâtre étaient une espèce de plate-forme pour les transfuges de classe comme moi. Sans doute parce qu’il y a dans cet art quelque chose qui a à voir avec le fait de se réinventer ».
Fue en el momento de la escuela secundaria. Criado en Hallencourt (Somme), en una familia de "lumpenproletariado" en un entorno donde, como contó en su primera novela, el muchacho joven homosexual fue rechazado por sus preciosos modales y gustos, y perseguido por los chicos de la universidad, Eddy Bellegueule se había convertido en un interno en una escuela secundaria en el centro de Amiens, donde había ingresado a través de la opción de teatro. "El teatro", resume, "ha sido mi puerta angosta"; la brecha a través de la cual pudo escapar de su familia, para falsificar la compañía con el determinismo. "Para acabar con Eddy Bellegueule" para convertirse Edouard Louis, su nombre oficial desde 2013 - "Louis" es el resto de una referencia al personaje principal de la obra Sólo el fin del mundo, de Jean-Luc Lagarce (1990). Señala que en Madeleine-Michelis, una escuela atendida en su mayoría por los hijos de la burguesía de Amiens, "fue increíble ver cómo las clases de teatro eran una especie de plataforma para desertores de clase como yo". Sin dudas porque hay algo en este arte que tiene que ver con reinventarse a sí mismo ".
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Succès fulgurant en France comme à l’étranger.
Éxito más rápido en Francia y en el extranjero
On en est venu à parler théâtre parce que Qui a tué mon père, sorte de monologue en trois actes, est né, entre autres, d’un échange avec Stanislas Nordey, qui mettra le texte en scène en 2019. Les deux précédents livres d’Edouard Louis portaient la trace de son rapport intense à la dramaturgie, et ont été montés de nombreuses fois, en France mais pas seulement – le succès de l’écrivain de 25 ans traduit en vingt langues a été aussi fulgurant à l’étranger (Allemagne, Grande-Bretagne, Suède, Norvège, Etats-Unis, où il enseigne la littérature à Dartmouth College). Ainsi, en juin, Histoire de la violence sera joué à la Schaubühne de Berlin, dans une mise en scène de Thomas Ostermeier. Edouard Louis est encore ébloui, un rien faraud, d’avoir travaillé avec le metteur en scène allemand qui était l’un de ses « héros », adolescent.
Hemos venido a hablar teatro porque Quien mató a mi padre, una especie de monólogo en tres actos, nació, entre otros, de un intercambio con Stanislas Nordey, quien pondrá el texto en escena en 2019. Los dos anteriores Edouard Louis tenía el rastro de su intensa relación con la dramaturgia, y se lo han montado muchas veces, en Francia, pero no solo: el éxito del escritor de 25 años traducido a veinte idiomas también ha deslumbrado en el extranjero ( Alemania, Gran Bretaña, Suecia, Noruega, EE. UU., Donde enseña literatura en Dartmouth College). Por lo tanto, en junio, History of Violence se presentará en el Schaubühne de Berlín, organizado por Thomas Ostermeier. Edouard Louis sigue deslumbrado, un poco molesto, después de haber trabajado con el director alemán que fue uno de sus "héroes", un adolescente.
Ne pas croire que le garçon est passé d’une « maison sans livres », où son père dénigrait « tes conneries de théâtre », à l’adulation d’Ostermeier d’un coup dispensé par la baguette magique de la Culture et de la Destinée. Le jeune garçon aimait créer des spectacles, et présentait un don pour la comédie tel que la proviseure de son collège l’encouragea à passer le concours pour entrer à Madeleine-Michelis. A l’époque, le seul texte qu’il avait réellement rencontré était Harry Potter, dont une voisine lui offrait chaque nouveau tome. « Je ne me souviens plus bien quand j’ai arrêté de faire semblant de les lire pour le faire vraiment, mais c’était magnifique, la découverte de ces romans aux effets désintimidants, dont le personnage voulait, comme moi, devenir quelqu’un d’autre. »
No creas que el chico pasó de una "casa sin libros", donde su padre denigraba "tu mierda de teatro", a la adulación de Ostermeier de inmediato con la varita mágica de la Cultura y el destino. Al joven le gustaba crear espectáculos y presentaba un regalo para comedia, ya que el director de su colegio lo animaba a aprobar el concurso para ingresar a Madeleine-Michelis. En ese momento, el único texto que había encontrado era Harry Potter, un vecino de quien le ofrecía cada volumen nuevo. "No recuerdo cuando dejé de fingir que los leía para realmente hacerlo, pero fue hermoso, el descubrimiento de estas novelas con efectos desinhibidores, cuyo personaje quería, como yo, convertirse en alguien otra cosa. "
Au lycée, il fait « beaucoup semblant », ne lit des pièces au programme que les scènes qu’il doit jouer. Jusqu’à la découverte, en terminale, de Juste la fin du monde, de Jean-Luc Lagarce (1990), où un homme revient dans sa famille après des années d’éloignement, et qui est un jalon dans sa construction comme futur très grand lecteur (la troisième étape sera le Retour à Reims, de Didier Eribon, Fayard, 2009, à partir duquel il lira « tout ce qui est possible »). De ses sorties au théâtre avec sa classe, il garde des souvenirs splendides. Un terrible souvenir de honte, aussi : celui d’une représentation d’Angels in America, de Tony Kushner (1991), mis en scène par Krzysztof Warlikowski : « J’avais 16 ans, je vivais très mal mon homosexualité.
Pour la première fois, j’ai vu sur scène des hommes s’embrasser, s’aimer, crier leur désir – une manifestation de ce que je voulais être. Je me suis levé, j’ai dit : “Je ne veux pas voir ce truc de pédé”, et je suis sorti, en sachant très bien ce que je faisais : je me rejetais moi-même. Mais l’effet avait été si intense… » Cette réaction prouve à ses yeux à quel point le théâtre est « par excellence (…) l’art de la confrontation ».
En la escuela secundaria, hace "una gran cantidad de apariencias", solo lee partes del programa que las escenas que debe tocar. Hasta el descubrimiento, terminal, sólo para el fin del mundo, Jean-Luc Lagarce (1990), donde un hombre regresa a su familia después de años de separación, que es un hito en su construcción como un futuro muy gran lector (el tercer paso será Volver a Reims, Didier Eribon, Fayard, 2009, de la que se lee "todo es posible"). Desde sus salidas teatrales con su clase, él mantiene sus recuerdos espléndidos. Una verdadera lástima Recuerde, también, la de una representación de los Ángeles en América, de Tony Kushner (1991), dirigida por Krzysztof Warlikowski, "tenía 16 años, vivía muy mal mi homosexualidad.
Por primera vez, vi en el escenario hombres besándose, amándose, gritando su deseo, una manifestación de lo que yo quería ser. Me levanté, me dijo: "No quiero ver esa cosa de homosexuales", y salió, sabiendo muy bien lo que estaba haciendo: Yo me estaba rechazando. Pero el efecto había sido tan intenso ... "Esta reacción demuestra en sus ojos cómo el teatro es" por excelencia (...) el arte de la confrontación ".
Frente a la violencia política Y "confrontación"
Et la « confrontation », c’est ce qu’Edouard Louis recherche dans la littérature. « Que la lectrice ou le lecteur ne puisse pas détourner le regard. » Dans le cas de Qui a tué mon père, texte très court qui se lit d’un coup, en apnée, ce qu’il s’agit de regarder en face est la violence politique, à travers ce qu’elle a fait, directement, de réformes en réduction des aides sociales, au corps de son père. « A 51 ans, il a des difficultés à marcher, à respirer, son corps craque de partout. Son état n’est pas dû à une grande maladie, comme le cancer, mais à sa place au monde », assène le fils. Qui a tué mon père désigne ceux que l’écrivain tient pour coupables, et remonte le fil des souvenirs. Ce faisant, le livre raconte une autre violence exercée sur son père par le monde : celle qui a empêché cet homme d’explorer les potentialités qu’il avait en lui. « J’ai compris que mon père, explique Edouard Louis, a été beaucoup plus riche en complexité que je ne le pensais. Il a été beaucoup plus de choses que je ne l’avais imaginé. Mais, contrairement à moi, il n’a jamais pu se métamorphoser, à cause de la persécution que la politique exerce à l’encontre des pauvres. »
Y la confrontación, es lo que Edward Louis busca en la literatura. "Que el lector no pueda apartar la mirada. "En el caso de quién mató a mi padre, muy breve texto que lee una vez, buceo, lo que es para hacer frente a la violencia política es, a través de lo que hizo, directamente, desde las reformas en la reducción de las ayudas sociales, hasta el cuerpo de su padre. "A los 51 años, tiene dificultad para caminar, respirar, su cuerpo se quiebra en todas partes. Su condición no se debe a una gran enfermedad, como el cáncer, sino en su lugar en el mundo ", dice el hijo. Quien mató a mi padre designa a los que el escritor considera culpables, y trazó el hilo de los recuerdos. Al hacerlo, el libro habla de otra violencia ejercida sobre su padre por el mundo: la que le impidió a este hombre explorar las potencialidades que tenía en él. "Entendí que mi padre, explica Edward Louis, era mucho más rico de lo que pensaba. Había muchas más cosas de las que había imaginado. Pero, a diferencia de mí, nunca ha sido capaz de transformarse a sí mismo debido a la persecución de la política contra los pobres.
Il y a quelque chose, dans le mouvement d’écriture de Qui a tué mon père, d’un acte de justicier : « J’écris pour tous les corps qui ont été tellement détruits par le monde social et sa violence qu’ils ne peuvent plus crier eux-mêmes », dit Edouard Louis. Il raconte que, si sa mère a été heurtée par ses deux premiers livres, c’est parce qu’il y évoquait leur pauvreté. « Cette réaction pose un problème littéraire et politique majeur : comment est-ce qu’on peut changer le monde, ou au moins agir sur le monde, si les gens qui souffrent ont honte de souffrir ? »
"Hay algo en el movimiento de la escritura que mató a mi padre, un acto de vigilante:" Escribo para todos los cuerpos que fueron destruidas por lo que el mundo social y su violencia que ya no pueden gritar por sí mismos ", dice Edward Louis. Él dice que si su madre fue golpeada por sus primeros dos libros, fue porque habló de su pobreza. "Esta reacción plantea un gran problema literario y político: ¿cómo podemos cambiar el mundo, o al menos actuar sobre el mundo, si las personas que sufren se avergüenzan de sufrir?
Texte de vengeance, ce nouveau livre est aussi, en quelque sorte, un rectificatif : il modifie l’image du père (dur, homophobe, raciste…) que le lecteur avait pu se forger après En finir avec Eddy Bellegueule : « D’un point de vue intellectuel, je peux répondre à ça que je ne parle pas des mêmes mécanismes de violence dans En finir… et dans Qui a tué mon père. Mais au fond de moi, je sais bien aussi que, quand j’ai vu le corps de mon père après des années passées loin de lui, il m’a été impossible de ne pas changer mon point de vue sur lui. Impossible de ne pas être révolté, attristé, par ce qui avait été fait de lui. » Il se trouve aussi que, depuis qu’ils ont renoué, ce père qui votait Front national s’est mis à espérer une révolution, et cet homme qui « disait qu’il fallait tuer les pédés » demande désormais à son fils des nouvelles de sa vie amoureuse. Ce dernier y voit un espoir qu’une « transformation » des êtres soit toujours possible.
https://www.lemonde.fr/livres/article/2018/05/21/edouard-louis-ou-l-art-de-la-confrontation_5302190_3260.html
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"Texto de la venganza, este nuevo libro es también, de alguna manera, una corrección: cambia la figura del padre (duro, homófobo, racista ...) que el lector era capaz de forjar después de terminar Eddy Bellegueule 'D' un punto de vista intelectual, puedo responder que no hablo de los mismos mecanismos de violencia en Ending ... y en Quién mató a mi padre. Pero en el fondo, sé que también, cuando vi el cuerpo de mi padre después de años de distancia de ella, era imposible no cambiar mis puntos de vista sobre el mismo. Era imposible no rebelarse, entristecido por lo que le habían hecho.
"También es que como han regresado, el padre que votaron Frente Nacional comenzó a la esperanza de una revolución, y este hombre que" dijo que tenía que matar a los maricones "ahora le pide a su nuevo hijo de su vida amorosa Este último ve la esperanza de que siempre es posible una "transformación" de los seres.
«En finir avec Eddy Bellegueule: chronique de la haine populaire», Review Marianne, 15 de febrero de 2014. Consultada el 13 de julio de 2014. «Louis signe un premier roman époustouflant, En finir avec Eddy Bellegueule, son patronyme originel.»
«En finir avec Eddy Bellegueule» (Review). Telerama. Telerama.
«Eddy Bellegueule, phénomène litteraire à 21 ans» (Radio Transcript). Radio France Internationale. Radio France Internationale.
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