lunes, 17 de octubre de 2011

Lo bello y lo sublime: Immanuel Kant

Lo bello y lo sublime
Immanuel Kant




Con el título de Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime publicó Kant en Komgsbey (1764) este ensayo de vario y atrayente contenido.  Numerosas ediciones sueltas  se han hecho de este encantador tratadito, sin contar las varias  ediciones de las obras completas del  autor.
     Más que de estética, en el sentido estricto de la palabra,tratan las Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime de asuntos varios, moral, psicología, descripción de los caracteres individuales y nacionales; en suma, de toda suerte de temas interesantes que pueden ocurrirse alrededor del asunto  principal.
    Está escrito en estilo fácil y cómodo -extraña excepción en la obra de Kant-, lleno de ingenio, alegría, penetración, con una sencillez encantadora. Se comprende fácilmente que un crítico haya podido comparar a Kant -refiriéndose a esta obra - con La Bruyère, el autor de los Caracteres.

jueves, 26 de mayo de 2011

Vida buena

Percy Cayetano Acuña Vigil





                                              Los cuatro jinetes del Apocalipsis: Durero

En la filosofía helenística representa a la persona que ha logrado la vida buena y feliz mediante el ejercicio de su razón y la práctica de la filosofía.

La virtud moral se realiza en un sujeto a partir de lo que su razón le enseña como bueno; para la vida buena es necesaria la perfección de la razón de ahí que la virtud intelectual que llamamos prudencia sea fundamental también en el mundo moral; sin embargo, Aristóteles no defiende un intelectualismo moral radical pues no cree que para la vida buena sea necesario y suficiente que la razón nos sepa mostrar la conducta justa. En este punto Aristóteles se acerca al sentido común al indicar que si la voluntad de una persona no es buena, si no ha sido disciplinada y entrenada para la realización de lo correcto, aunque la razón le enseñe lo que es preciso hacer, es improbable que dicha persona lo haga.

La virtud consiste en saber dar con el término medio entre dos extremos, extremos que por ser tales son vicios; Aristóteles distingue entre el "término medio de la cosa" y el "término medio para nosotros".

En la moralidad el término medio se predica de las pasiones, los sentimientos y las acciones y en general en el placer y el dolor. El término medio es lo que no sobra ni falta, y no es único ni igual para todos, depende de las circunstancias y de las personas.

La virtud consiste en actuar "cuando es debido, y por aquellas cosas y respecto a aquellas personas y en vista de aquello y de la manera que se debe, entonces hay término medio y excelente".

Los minuciosos griegos hacían uso de dos palabras para referirse a lo que nosotros denominamos vida. Una era la palabra Zoe con la que significaban el simple hecho de vivir y, otra, la palabra Bios con la que significan la forma y la manera de vivir propia de un individuo o de un grupo. Zoe hacía referencia al hecho natural de vivir. Bios al hecho cultural de vivir de una cierta manera en el interior de una cierta ciudad. La minuciosidad reflejada en la doble expresión estaba preñada de consecuencias portentosas.

Los Revolucionaros franceses operaron una transformación radical de la herencia semántica griega al titular su Declaración Universal como: “De los derechos del hombre y del ciudadano”.... dado que con la inclusión de la conjunción coordinativa copulativa Y entre el término hombre -el ser viviente hombre- (el zoe griego) y el término ciudadano -el hombre que vive de una cierta manera en el interior de una cierta ciudad- (el bios griego) no sólo destruyeron la herencia griega de la separación entre lo natural y lo cultural sino que y, además y sobre todo, le otorgaron a lo cultural el poder de crear por medio de la ley lo natural.

Para los griegos lo natural estaba allí antes de lo cultural mientras que para los revolucionarios franceses lo natural era una creación cultural.

Las consecuencias:

 1. Los grupos minoritarios, entre otros, al ser despojados de su condición de ciudadanos  dejan, en consecuencia, de ser humanos y, de esta manera, se hace legítima su inclusión en getos sociales, que son las ciudades de hoy día. Cuando se pierde la sutileza de los griegos ya no se sabe qué es “ese o eso” que ya no es un Ciudadano ni cuál es su “lugar” social.

2. El migrante, al salir de su Ciudad.... deja de ser ciudadano y la Ciudad a la que llega al no reconocerlo como ciudadano tampoco lo reconoce como humano...y de esta manera se hace legítima su confinación en un “Barrio sub-Normal”... Cuando se pierde la sutileza de los griegos ya no se sabe qué es “ese o eso” que ya no es un Ciudadano ni cuál es su “lugar” social.

3. El embrión, al ser despojado de su condición de ciudadano -su asesinato no sólo se despenaliza sino que se facilita- deja de ser humano y, su lugar natural es ese Moderno Campo de Concentración con apariencia de Clínica donde es aniquilado... Cuando se pierde la sutileza de los griegos ya no se sabe qué es “ese o eso” que ya no es un Ciudadano ni cuál es su “lugar” social.

El Estado, reconoce esta situación, al respetarlos y servirlos en su ser y en su estar natural.
El Bios debería estar al servicio del Zoe, del cual depende y gracias al cual existe.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Sumaq Kawsay:

Sumaq Kawsay:


Andenes de Longoy


"Sumaq Kawsay” o ‘Allin Kausay”, es parte principal de la antigua escuela del Qhapaq Kuna y su pedagogía práctica del Qhapaq Ñan o ‘Camino de los Justos’. El Allin Kausay, está compuesto por los términos: ‘Allin’, que es ‘buenísimo’, ‘magnifico’, ‘esplendido’ y el termino ‘Kausay’, que es ‘vida’ o mejor aun ‘existencia’; se pude traducir primariamente como: “espléndida existencia”.

    Estos principios Incas del ‘Allin Munay’ o ‘querer bien’, ‘sentir bien’; el ‘Allin Yachay’ o ‘pensar bien’, ‘saber bien’ y finalmente el ‘Allin Ruay’ o ‘hacer bien’, son pues los tres pilares sobre los que se construye el Allin Káusay o Sumaq Káusay, término este último que tiene una connotación estética pues “Sumac” es una adjetivo que califica lo hermoso, lo bello, pero que en las culturas indígenas suele coincidir con el ‘Allin’ que es lo ‘bueno’, ‘lo espléndido’, ‘lo excelente’. Así los principios éticos, en nuestro Orden Andino coinciden plenamente con lo estético.

    Implica el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que posibiliten la realización del buen vivir. Señala la organización de esos sistemas, lo que implica planificación y previsión.

    Los  indicadores de las condiciones de vida de los pueblos, son los que hablan del “buen vivir”; hablar del “buen vivir” implica condiciones superiores de vida alcanzables por todos incorporando con fuerza las preocupaciones socio-culturales y ambientales.

    El concepto del “buen vivir” parte de su versión ancestral, el “Sumaq Kawsay”, que encierra medidas de equilibrio y complementariedad entre los seres humanos tales como la minka , la integración con la Pacha Mama y el respeto por la naturaleza.

    Por eso, este concepto está ligado al ejercicio y garantía de los derechos de las personas, comunidades y pueblos. El “buen vivir” involucra esfuerzos por acercarnos al equilibrio entre sociedad y naturaleza y entre los seres humanos; y esos son esfuerzos de justicia social.

    Sumaq kawsay es la expresión de una forma ancestral de ser y estar en el mundo. El “buen vivir” expresa, refiere y concuerda con aquellas demandas de “décroissance” de Latouche de “convivialidad” de Iván Ilich , de “ecología profunda” de Arnold Naes. El “buen vivir” también recoge las propuestas de descolonización de Aníbal Quijano, de Boaventura de Souza Santos, de Edgardo Lander, entre otros.

    El “buen vivir”, es otro de los aportes de los pueblos indígenas del Abya Yala, a los pueblos del mundo, y es parte de su largo camino en la lucha por la descolonización de la vida, de la historia, y del futuro.

Artículo en pdf