Les Annales
Les Annales
Fondée en 1929 par Marc Bloch
et Lucien Febvre, les Annales illustrent, au-delà de ce prestigieux
héritage, la recherche historique dans ce qu’elle a de plus innovant.
Elles sont aussi le lieu privilégié d’un dialogue raisonné entre les
différentes sciences de l’homme. Nouveaux domaines de la recherche et
histoire comparée, ouverture sur
Los annales y la historiografía peruana (1950 - 1990)
MANUEL BURGA
REFERENCIA
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/inv_sociales/n1_1995/a01.pdf
Filomeno Zubieta Núñez
Historiografía general
Por
Fuente: La Primera, Lima 03/06/08
Nada más grato, edificante y placentero como leer un libro como Historiografía general y del Perú, cuyos autores son Víctor Raúl Nomberto Bazán y Filomeno Zubieta. Se trata de un texto que contiene una selección de 42 trabajos de historiadores, científicos sociales y antropólogos, a través de los cuales es posible viajar en el tiempo y saber cómo pensaban y qué piensan ahora los historiadores, acerca de sus realidades.
El libro se refiere a la historiografía general y empieza con una reflexión de Edward Carr acerca de la función de la historia. Cierra esta un ensayo que conmocionara a la inteligencia la década pasada, se reproduce el texto de Francis Fukuyama: el fin de la historia y el último hombre. No es posible consignar todos los demás nombres. Sin embargo, no se puede eludir por ejemplo a Michel Foucault, Marc Bloch, Peter Burke, Michel Vovelle, Alexis de Tocqueville y Benedict Anderson.
En lo que a la historiografía del Perú se refiere, se han tomado en cuenta textos de Raúl Porras, Luis Guillermo Lumbreras, María Rostworowski de Diez Canseco, John V. Murra, Waldemar Espinosa Soriano, Luis Millones, Guillermo Lohmann Villena, Pablo Macera, Heraclio Bonilla, Alberto Flores Galindo, José Carlos Mariátegui y Jorge Basadre, entre otros historiadores. Extraña las ausencias de Edmundo Guillén Guillén y de Hernán Amat Olazábal.
Lorenzo Huertas Vallejos suscribe un prólogo didáctico como extenso. Pero, los autores de la obra Víctor Raúl Nomberto Bazán y Filomeno Zubieta, señalan que el propósito pedagógico del libro: “pretende acercar a los estudiantes universitarios, profesores de historia y público en general a los principales autores y obras del pensamiento histórico del ámbito mundial y nacional”.
En fin, el libro está concebido dentro de los parámetros del pensamiento de Fernand Braudel, La larga duración. Así se supera, rectifica y ojalá, a todos los libros de historia de primaria, secundaria y hasta de la universidad, que solo consignan partes de la historia. La fragmentación, la enseñanza de la historia por parcelas, ha hecho mucho daño para formar una visión integradora del Perú. La historia del Perú es una sola.
Dato
Historiografía general y del Perú, ha sido editado por la Editorial Universitaria, de la Universidad Ricardo Palma, Colección de textos universitario.
Febvre, Lucien (1878-1956).
Historiador francés, nacido en Nancy, el 22 de julio de 1878, y muerto en Sant Amons Jura, en el año 1956. Provenía de una familia de ambiente universitario, pues su padre ejercía la docencia en la Facultad de Letras de la localidad. En su etapa de alumno del Liceo se apasionó por la lectura de varios autores, historiadores como Desruy y Michelet, así como del geógrafo Eliseé Reclus y del literato Stendhal. En el año 1901 se diplomó en Estudios Superiores con la publicación de su primer trabajo serio sobre el Franco-Condado, provincia de donde era oriunda su familia. Al comienzo de su carrera como investigador se dejó influir por los historiadores que abogaban por una historia económica, como Paul Mantroux, Emile Bourgeois y Henri Pirenne, además de adherirse a las teorías revolucionarias del geógrafo Vidal de la Blanche. Se arriesgó en territorios que según la opinión general no era del dominio de Clío (musa griega que representaba a la Historia). Se entusiasmó por la Geografía Humana, exploró varias disciplinas, como la Lingüística y la Psicología. Se adhirió al grupo, que bajo la dirección de Henri Ber, colaboraba en la Revue de Synthese (Revista de Síntesis Histórica), donde prevalecía una concepción de la historia influida por el pensamiento sociológico, al que Lucien Febvre siempre fue fiel.
Su cariño hacia la tierra de sus antepasados orientó sus investigaciones históricas, cristalizando en el año 1911 con la tesis titulada Phileppe II et la Franche-Comté (Felipe II y el Franco-Condado), que leyó en la Sorbona (París). Febvre, a pesar de la relativa escasa importancia del Franco-Condado, supo hacer una obra original. Examinó todos los elementos de la zona: los ríos, los molinos de trigo, las minas, los hornos, los ingresos de los señoríos, la tensión entre nobles y burgueses, etc. Aun siendo una obra joven y no exenta de fallos, la importancia radicó en el nuevo método de investigación que proponía su autor. Gracias a esta tesis, ocupó una cátedra en la Universidad de Dijon. Al poco tiempo, estalló la Primera Guerra Mundial, en donde su participación fue activa en las filas del ejército francés y donde alcanzó el grado de capitán. Al finalizar la guerra, el gobierno le ofreció un magnífico galardón con la cátedra en la Universidad de Estrasburgo, en la que permaneció hasta el año 1933. Esta etapa fue la más fecunda e importante para Lucien Febvre puesto que allí se encontraba la flor y nata de la universidad francesa. Esto le dio la oportunidad de conocer y trabajar con colegas tan eminentes como; el psicólogo Charles Blondel, el historiador de Derecho Canónico Gabriel Le Brais, el medievalista Charles Edmond Perrin, y sobre todo con Marc Bloch, con el que le unió una estrechísima amistad y mutua admiración.
Ambos hombres, de temperamentos tan distintos (fogoso Febvre y sosegado Bloch) enseguida se pusieron de acuerdo, ya que ambos tenían las mismas miras científicas: renovar los estudios históricos en Francia. Esta sintonía de objetivos cristalizó el año 1929 con la creación de una nueva revista llamada Annales d’histoire économique et sociale (Anales de Historia Económica y Social). En esta publicación se hizo lo que ambos autores denominaban como "Historia Total", abierta a todas las tendencias y épocas históricas, sin método alguno prefijado, pero con una gran erudición por parte de todos los colaboradores, entre los que se encontró desde el primer momento otro de los grandes monstruos de la historiografía mundial, el belga Henri Pirenne. Gracias a Anales, por primera vez las investigaciones históricas se tiñeron de una concepción multidisciplinar, donde los geógrafos, economistas e historiadores se apoyaban mutuamente para enriquecer sus respectivos trabajos.
En 1933, cuando contaba con cincuenta años, ocupó una cátedra en el Colegio de Francia, lo que significaba liberarse de las prácticas docentes y dedicar más tiempo a sus múltiples trabajos de investigación. Este hecho no le impidió dirigir un ambicioso proyecto, entre los años 1935-40, que constaba en la dirección de la L’Encyclopedie Francaise. Esta ocupación llenó de satisfacción a Lucien Febvre, que se volcó de lleno en su publicación. Febvre se propuso mostrar la unidad del pensamiento humano a través de la interrelación entre las diferentes ciencias.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial ocurrió una gran tragedia que le hirió profundamente. Marc Bloch, por su condición de judío, fue defenestrado por el gobierno colaboracionista nazi de Vichy. Se lanzó a la resistencia, y cuando fue capturado lo fusilaron, el 16 de junio de 1944.
Al acabar la guerra, Lucien Febvre siguió con la dirección y publicación de la revista Anales, a la que cambió el título por Annales. Economies, Societés. Civilisations (Anales. Economías. Sociedades. Civilizaciones). En 1949 se jubiló y fue sustituido por su discípulo más brillante, Fernand Braudel. Pero siguió en plena actividad hasta su muerte. Fue delegado de Francia ate la UNESCO y director de Cuadernos de Historia Mundial.
Lo fundamental de Lucien Febvre fue el cómo concebía la historia: ciencia del hombre, ciencia del pasado humano y no de las cosas o de los conceptos, estudio de las diversas actividades y de las diversas creaciones del hombre. Por eso era necesario a la hora de hacer historia ponerse al tanto de lo que hacen y aportan todas las ciencias humanas.
De toda su ingente producción bibliográfica, casi toda traducida al castellano, destacan los siguientes títulos: Combates por la Historia (Madrid, 1986), Erasmo, la Contrarreforma y el espíritu moderno (Barcelona, 1970), Martín Lutero: un destino (París, 1928), El problema de la incredulidad en el siglo XVI: la religión de Rabelais (México, 1959).
Bibliografía
EREÑO ALTUNA, J.A: La formación del pensamiento histórico de Lucien Febvre. Bilbao, 1993.
WOOTTON, D: Lucien Febvre y el problema de la incredulidad moderna. Buenos Aires, 1991.
LAPEYRE, H: Un grand historien, Lucien Febvre (1878-1956). Ginebra, 1970.
Referencia
Febvre, Lucien (1878-1956).
Historiador francés, nacido en Nancy, el 22 de julio de 1878, y muerto en Sant Amons Jura, en el año 1956. Provenía de una familia de ambiente universitario, pues su padre ejercía la docencia en la Facultad de Letras de la localidad. En su etapa de alumno del Liceo se apasionó por la lectura de varios autores, historiadores como Desruy y Michelet, así como del geógrafo Eliseé Reclus y del literato Stendhal. En el año 1901 se diplomó en Estudios Superiores con la publicación de su primer trabajo serio sobre el Franco-Condado, provincia de donde era oriunda su familia. Al comienzo de su carrera como investigador se dejó influir por los historiadores que abogaban por una historia económica, como Paul Mantroux, Emile Bourgeois y Henri Pirenne, además de adherirse a las teorías revolucionarias del geógrafo Vidal de la Blanche. Se arriesgó en territorios que según la opinión general no era del dominio de Clío (musa griega que representaba a la Historia). Se entusiasmó por la Geografía Humana, exploró varias disciplinas, como la Lingüística y la Psicología. Se adhirió al grupo, que bajo la dirección de Henri Ber, colaboraba en la Revue de Synthese (Revista de Síntesis Histórica), donde prevalecía una concepción de la historia influida por el pensamiento sociológico, al que Lucien Febvre siempre fue fiel.
Su cariño hacia la tierra de sus antepasados orientó sus investigaciones históricas, cristalizando en el año 1911 con la tesis titulada Phileppe II et la Franche-Comté (Felipe II y el Franco-Condado), que leyó en la Sorbona (París). Febvre, a pesar de la relativa escasa importancia del Franco-Condado, supo hacer una obra original. Examinó todos los elementos de la zona: los ríos, los molinos de trigo, las minas, los hornos, los ingresos de los señoríos, la tensión entre nobles y burgueses, etc. Aun siendo una obra joven y no exenta de fallos, la importancia radicó en el nuevo método de investigación que proponía su autor. Gracias a esta tesis, ocupó una cátedra en la Universidad de Dijon. Al poco tiempo, estalló la Primera Guerra Mundial, en donde su participación fue activa en las filas del ejército francés y donde alcanzó el grado de capitán. Al finalizar la guerra, el gobierno le ofreció un magnífico galardón con la cátedra en la Universidad de Estrasburgo, en la que permaneció hasta el año 1933. Esta etapa fue la más fecunda e importante para Lucien Febvre puesto que allí se encontraba la flor y nata de la universidad francesa. Esto le dio la oportunidad de conocer y trabajar con colegas tan eminentes como; el psicólogo Charles Blondel, el historiador de Derecho Canónico Gabriel Le Brais, el medievalista Charles Edmond Perrin, y sobre todo con Marc Bloch, con el que le unió una estrechísima amistad y mutua admiración.
Ambos hombres, de temperamentos tan distintos (fogoso Febvre y sosegado Bloch) enseguida se pusieron de acuerdo, ya que ambos tenían las mismas miras científicas: renovar los estudios históricos en Francia. Esta sintonía de objetivos cristalizó el año 1929 con la creación de una nueva revista llamada Annales d’histoire économique et sociale (Anales de Historia Económica y Social). En esta publicación se hizo lo que ambos autores denominaban como "Historia Total", abierta a todas las tendencias y épocas históricas, sin método alguno prefijado, pero con una gran erudición por parte de todos los colaboradores, entre los que se encontró desde el primer momento otro de los grandes monstruos de la historiografía mundial, el belga Henri Pirenne. Gracias a Anales, por primera vez las investigaciones históricas se tiñeron de una concepción multidisciplinar, donde los geógrafos, economistas e historiadores se apoyaban mutuamente para enriquecer sus respectivos trabajos.
En 1933, cuando contaba con cincuenta años, ocupó una cátedra en el Colegio de Francia, lo que significaba liberarse de las prácticas docentes y dedicar más tiempo a sus múltiples trabajos de investigación. Este hecho no le impidió dirigir un ambicioso proyecto, entre los años 1935-40, que constaba en la dirección de la L’Encyclopedie Francaise. Esta ocupación llenó de satisfacción a Lucien Febvre, que se volcó de lleno en su publicación. Febvre se propuso mostrar la unidad del pensamiento humano a través de la interrelación entre las diferentes ciencias.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial ocurrió una gran tragedia que le hirió profundamente. Marc Bloch, por su condición de judío, fue defenestrado por el gobierno colaboracionista nazi de Vichy. Se lanzó a la resistencia, y cuando fue capturado lo fusilaron, el 16 de junio de 1944.
Al acabar la guerra, Lucien Febvre siguió con la dirección y publicación de la revista Anales, a la que cambió el título por Annales. Economies, Societés. Civilisations (Anales. Economías. Sociedades. Civilizaciones). En 1949 se jubiló y fue sustituido por su discípulo más brillante, Fernand Braudel. Pero siguió en plena actividad hasta su muerte. Fue delegado de Francia ate la UNESCO y director de Cuadernos de Historia Mundial.
Lo fundamental de Lucien Febvre fue el cómo concebía la historia: ciencia del hombre, ciencia del pasado humano y no de las cosas o de los conceptos, estudio de las diversas actividades y de las diversas creaciones del hombre. Por eso era necesario a la hora de hacer historia ponerse al tanto de lo que hacen y aportan todas las ciencias humanas.
De toda su ingente producción bibliográfica, casi toda traducida al castellano, destacan los siguientes títulos: Combates por la Historia (Madrid, 1986), Erasmo, la Contrarreforma y el espíritu moderno (Barcelona, 1970), Martín Lutero: un destino (París, 1928), El problema de la incredulidad en el siglo XVI: la religión de Rabelais (México, 1959).
Bibliografía
EREÑO ALTUNA, J.A: La formación del pensamiento histórico de Lucien Febvre. Bilbao, 1993.
WOOTTON, D: Lucien Febvre y el problema de la incredulidad moderna. Buenos Aires, 1991.
LAPEYRE, H: Un grand historien, Lucien Febvre (1878-1956). Ginebra, 1970.
Referencia