Marguerite Yourcenar
Poeta, novelista, dramaturga y traductora francesa. Nació en Bruselas, Bélgica, de padre francés y madre belga. En 1947 adoptó la nacionalidad estadounidense, pero escribió sólo en francés. Su primer volumen de poemas, El jardín de las quimeras (1921), pone de manifiesto su refinamiento como escritora, y en él reinterpreta los mitos griegos con el fin de adaptarlos al mundo moderno.
En 1922
publicó otra colección de poemas Los dioses no han muerto. Su primera
novela, Alexis o el tratado del combate estéril (1929), relata las
opiniones de un artista que intenta dedicarse a su obra, pero tropieza con la
oposición de su familia. Su viaje a Italia inspiró su novela Denier du rêve
(1934), donde establece la diferencia entre el sueño y la realidad. En 1934
Yourcenar conoció a la estadounidense Grace Frick, con quien entabló una
profunda relación. En 1939, tras el estallido de la II Guerra Mundial,
Yourcenar se trasladó a Estados Unidos, donde dio clases de Literatura
Comparada en el Sarah Lawrence College. Tradujo al francés Las olas de Virginia
Woolf en 1937, y también publicó en 1947 una traducción francesa de Lo que
Maisie sabía, del escritor Henry James.
Su novela
más famosa, unánimemente elogiada por la crítica, fue Memorias de Adriano
(1951), una autobiografía novelada del emperador romano, bajo la forma de
cartas escritas por éste a su sobrino. Otra novela histórica, Opus Nigrum
(1968), narra la extraordinaria vida de un médico imaginario, Zeno de Brujas.
Esta novela obtuvo el premio Femina en 1968. En 1971 publica Teatro, que
incluye sus obras teatrales en dos volúmenes. También escribió biografías sobre
su primera vida familiar, Mishima o la visión del vacío (1981), y
ofreció una serie de entrevistas sobre su vida y su obra publicadas bajo el
título de Les Yeux ouverts: entretiens avec Matthieu Galey (1980).
El estilo literario de Yourcenar se transforma en
cada una de sus obras, aceptando siempre nuevos retos como escritora. Sin
embargo, su literatura se caracteriza por su conocimiento de las civilizaciones
antiguas y de la historia, y su afán por comprender las motivaciones humanas.
En 1980 Yourcenar se convirtió en la primera mujer que ingresó en la Academia
Francesa. En 1986 fue galardonada con la Legión de Honor francesa. © M.E.
Textos:
Alexis o el tratado del combate estéril (fragmento)
Cuentos orientales (fragmento)
El laberinto del mundo (fragmento)
Fuegos (fragmento)
Kali decapitada (fragmento), de Cuentos orientales
Memorias de Adriano (fragmento)
Opus Nigrum (fragmento)
Cuentos orientales (fragmento)
El laberinto del mundo (fragmento)
Fuegos (fragmento)
Kali decapitada (fragmento), de Cuentos orientales
Memorias de Adriano (fragmento)
Opus Nigrum (fragmento)
Galardones:
Cien años de Orwell, Simenon y Yourcenar
Tres
recientes centenarios proporcionan un excelente pretexto para releer o
descubrir algunas de las obras y autores más estimulantes del siglo XX. De
signos muy distintos, estilos y vivencias dispares, las obras del británico George Orwell y los belgas Marguerite Yourcenar y Georges Simenon siguen siendo tremendamente atractivas.
No todas, quizá, algunas pueden haber envejecido un poco, pero descubrirlo en
una relectura también puede ser estimulante para el pensamiento. 1984
(Destino), de Orwell, es una de esas novelas.
Para el escritor Thomas Pynchon
leerla desde una perspectiva actual, la engrandece, para otros ha envejecido
mal. Otras obras como Orwell en
España (Tusquets), un libro sobre la traición y la mentira, conservan su
gran valor documental. En él se incluye Homenaje a Cataluña junto otros
escritos sobre la Guerra Civil española proporcionando una lúcida lección de
historia.
Precisamente
el pasado es el territorio que Marguerite Yourcenar ha sabido recrear con mayor
brillo para la literatura. Sus Memorias de
Adriano (Edhasa/Planeta/Debolsillo), sobre el emperador romano y
su amor por un efebo, son una lectura maravillosa e inexcusable para quien no
lo haya hecho todavía. Junto a ese libro, otros también reveladores: Opus nigrum, sobre un alquimista en el siglo XVI; Cuentos orientales o Una vuelta por mi cárcel, sobre Basho,
un monje giróvago japonés del XVII (todas en Alfaguara), son la punta de un
hilo del que se puede seguir tirando sin decepciones.
En ese
sentido, la obra de Georges Simenon podría ser un ovillo. Sus cerca de
cuatrocientas novelas de intriga y el personaje emblemático, el comisario Jules Maigret -con más de cien-, conforman un universo casi inagotable de
entretenimiento inteligente. La muerte de Belle, Los hermanos
Rico, Luces rojas, Carta a mi madre o La mirada inocente (Tusquets),
son algunos de sus títulos. F. J.
* Este artículo
apareció en la edición impresa del sábado, El País, 5 de julio de 2003
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