jueves, 14 de enero de 2021

7. CRÍTICA DE LA TEORÍA DE LA DECISIÓN.:

 TEXTO V.F. 

PERCY CAYETANO ACUÑA VIGIL



7. CRÍTICA DE LA TEORÍA DE LA DECISIÓN.

La teoría de la decisión es un área interdisciplinaria de estudio, relacionada con diversas ramas de la ciencia, como la Administración, la Economía y la Psicología (basados en perspectivas cognitivo-conductuales). Concierne a la forma y al estudio del comportamiento y fenómenos psíquicos de aquellos que toman las decisiones (reales o ficticios), así como las condiciones por las que deben ser tomadas las decisiones.

La mayor parte de la teoría de la decisión es normativa o prescriptiva, es decir concierne a la identificación de la mejor decisión que pueda ser tomada, asumiendo que una persona que tenga que tomar decisiones (decision maker) sea capaz de estar en un entorno de completa información, capaz de calcular con precisión y completamente racional.

Las herramientas de software orientadas a este tipo de ayudas se desarrollan bajo la denominación global de Sistemas para la ayuda a la decisión (DSS).

Tipos de decisiones

Existen tipos de decisión que son interesantes desde el punto de vista del desarrollo de una teoría, estos son:

Decisión sin riesgo 

Elección bajo impredecibilidad

Elección intertemporal

Decisiones Sociales: 

Elección entre mercancías inconmensurables

Decisiones en situaciones de incertidumbre

Esta área representa el principal esfuerzo de investigación en la teoría de la decisión. El procedimiento se basa en el valor esperado, ya conocido en el siglo XVII. El filósofo francés Blaise Pascal ya lo enunciaba en sus famosas dudas, contenidas en su obra Pensamientos, publicada en 1670. En 1738, Daniel Bernoulli publicó un documento denominado Exposición de una nueva Teoría sobre la medida del riesgo, en la que emplea la paradoja de San Petersburgo. 

En el siglo XX, un artículo de Abraham Wald de 1939 volvió a despertar el interés por el tema, al señalar los dos temas centrales de la estadística ortodoxa de aquel tiempo: las pruebas estadísticas de hipótesis y la teoría de la estimación estadística, que podrían ser aspectos especiales del problema general de la decisión.

VERTSKY & KAHNEMAN

Este artículo introduce muchos de los ingredientes actuales de la moderna teoría de la decisión: funciones de pérdida, función de riesgo, reglas de decisión admisibles, distribuciones a priori, teoría de Bayes de la decisión y reglas minimax para la toma de decisión. La frase teoría de la decisión fue empleada por primera vez en el año 1950 por E. L. Lehmann. 

Se trata de avances de la teoría de probabilidad subjetiva, procedente del trabajo de Frank Ramsey, Bruno de Finetti, Leonard Savage y otros, ampliando el ámbito de la teoría de la utilidad a situaciones donde solo la teoría de la probabilidad subjetiva puede ampliarse. 


DANIEL KAHNEMAN

El trabajo de Maurice Allais y Daniel Ellsberg demostró que no es tan fácil formalizar estas situaciones. La teoría prospectiva de Daniel Kahneman y Amos Tversky dio lugar a la economía comportacional. 

La llamada Apuesta de Pascal es un ejemplo clásico de elección ante la incertidumbre. 

James O. Berger Statistical Decision Theory and Bayesian Analysis. Second Edition. 1980. Springer Series in Statistics.

Paul Goodwin and George Wright, Decision Analysis for Management Judgment, 3rd edition. Chichester: Wiley, 2004 


8. RACIONALIDAD INSTRUMENTAL.

La racionalidad instrumental es la fusión del uso de la razón, es decir, de la capacidad para crear conceptos y sacar conclusiones, con la instrumentalidad, lo que es útil y tiene un fin. 

Cuando el ser humano busca adaptarse al medio para satisfacer sus necesidades, apela a la razón instrumental. Se trata de un pensamiento que privilegia la utilidad de la acción y que considera los objetos como medios para alcanzar un fin determinado.

La razón instrumental se basa en el pragmatismo, ya que importa la realización de las acciones y no la especulación. Resumidamente, podríamos decir que la razón instrumental le da prioridad al fin antes que a los medios.

Para los teóricos de la escuela de Frankfurt, la racionalidad instrumental ha dado lugar a la imposición de la ciencia experimental y su aplicación técnica. 

Dos filósofos de esta escuela, Theodor Adorno y Max Horkheimer, escribieron una obra llamada la Dialéctica de la Ilustración en 1947, donde para ellos la racionalidad instrumental es un método para incrementar el potencial del hombre con el objetivo de dominar la naturaleza, ya que interesan únicamente los instrumentos.

Ambos teóricos piensan que la emancipación del hombre solo se puede conseguir por una ruptura con este pensamiento dominante.

Si hace años esta idea ya estaba desarrollada y las tecnologías no estaban en su pleno auge, ¿cómo la interpretamos en la actualidad?

Una paradoja de esta en relación con la racionalidad instrumental es que se ha posibilitado los medios suficientes para que una persona pueda vivir sin ser esclava de la máquina. No considero que sea así, hoy dependemos totalmente de la tecnología.

El verdadero problema es el mal uso que hacemos de ella. Es la sociedad la que nos incita a usar la tecnología y los instrumentos lo máximo que podamos, y no me refiero a los móviles, sino a cualquier herramienta que pensamos que nos ayuda en la realización de tareas y sin embargo nos perjudica.


9. RACIONALIDAD OBJETIVA EN LAS CC. SS.

RAZONABILIDAD:

Aunque lo «razonable» y lo «racional» son, ambas, propiedades que se desprenden de la «razón», no son identificables por completo. Y si bien - como ya se hizo notar - no existe inconveniente alguno en emplear indistintamente las expresiones «razón» y «racionalidad», no sucede lo mismo con las expresiones «razón» y «razonabilidad», pues el contenido denotativo de la racionalidad difiere del de la razonabilidad.

Refiriéndose precisamente a esta distinción, Perelman afirma que «mientras las nociones de “razón” y de “racionalidad” se vinculan a criterios bien conocidos de la tradición filosófica, como las ideas de verdad, de coherencia y de eficacia, “lo razonable” y “lo irrazonable” están ligados a un margen de apreciación admisible y a lo que, excediendo de los límites permitidos, parece socialmente inaceptable».

En igual sentido, von Wright, sostiene que «la racionalidad […] tiene que ver primariamente con la corrección formal del razonamiento, con la eficacia de los medios para un fin, la confirmación y la puesta a prueba de las creencias. Está orientada a fines. […] Los juicios de razonabilidad, a su vez, están orientados a valores. Ellos se ocupan de la forma correcta de vivir, de lo que se piensa que es bueno o malo para el hombre.»

La racionalidad se entiende, entonces, “como ordenación o sistematización básicamente metodológica”, es decir, como referencia a una razón pura, formal y objetiva de tipo matemático, cuya manifestación es «una forma de razonar apodíctica que se fundamenta en la demostración y concluye en premisas verdaderas o falsas».39

En este sentido, la inferencia lógica (deductiva) es siempre racional. […] Así, pues, toda cadena de razonamiento que procede deductivamente desde unas premisas a la conclusión es racional. Esto significa que la justificación interna a la que se refiere Wroblewski es siempre racional en este sentido de la palabra.

A la razonabilidad, en cambio, se la hace depender de la noción de aceptación, la misma que fue introducida por el propio Perelman en su Nueva Retórica, y cuya idea central se encuentra en la sustitución del requisito de la «prueba de la racionalidad de las proposiciones valorativas» por el requisito de la «aceptación», lo que conduce a no pretender prioritariamente, encontrar una verdad  demostrable, sino más bien, aceptable, es decir, razonable.

Entonces, una decisión será razonable cuando sea aceptada por una determinada comunidad (auditorio), que por ello mismo, se constituye en su parámetro normativo, pues será ella la que evaluará las razones - expuestas mediante proceso argumentativo - que justifiquen esa decisión, para luego aceptarla o no como razonable.

Hasta aquí, la distinción entre racionalidad y razonabilidad parece estar clara, pero sólo en cuanto al sentido estricto de ambas nociones se refiere. La dificultad mayor sobreviene, cuando se las considera en sentido amplio. 

Atienza, por ejemplo, refiriéndose a la razonabilidad en sentido amplio, afirma que en este sentido, todas las decisiones deben ser razonables. Es decir, la razonabilidad operaría - según este autor - como un límite o criterio general que afectaría tanto a las decisiones propiamente razonables como a las estrictamente racionales, y por tanto, se podría clasificar a las decisiones jurídicas en tres grupos:

1) las razonables pero no estrictamente racionales;

 2) las razonables y estrictamente racionales;

 3) las no razonables (sean o no estrictamente racionales).

A pesar de ser ésta, una de las propuestas más aceptadas que se han formulado al respecto, no la compartimos por completo. Ello, por supuesto, genera el enorme compromiso de explicar las razones de nuestra discrepancia y de argumentar a favor de nuestra posición. Para tal efecto, y con el objeto de exponer lo más didácticamente posible nuestras ideas, recurriremos a las definiciones de racionalidad y razonabilidad, tanto en sentido estricto como en sentido amplio, como herramientas:

a) Racionalidad en sentido amplio, es aquella que se identifica con la noción de «razón», por ello cuando se habla de racionalidad en ese sentido, se hace referencia a toda la gama de derivados de la razón, es decir, se puede entender como «racional» a «lo estrictamente racional», a «lo razonable en sentido estricto» y a «lo razonable en sentido amplio».

En este aspecto no existe discrepancia alguna con Atienza, pues él mismo sostiene que «la idea de que part(e) es que lo razonable también es racional (tomada esta expresión en un sentido amplio)».43, 41 

El razonamiento sería el siguiente: a) las proposiciones que son evidentes (v.g. las deducciones lógicamente correctas) deben ser aceptadas necesariamente; pero no necesariamente tienen que aceptarse las proposiciones que no son evidentes (v.g. las que se basan en valores); b) lo que es evidente es, por ello mismo, racional; pero lo que no es evidente no está, por esta sola razón, privado de racionalidad, pues podría ser razonable.

b) Racionalidad en sentido estricto, es aquella que se hace evidente siguiendo solamente un proceso de razonamiento formal lógico deductivo y por ello mismo es aceptada necesariamente. Por lo tanto, no es necesario recurrir a ningún criterio de razonabilidad para hacerla aceptable, ni mucho menos identificarla innecesariamente con la razonabilidad en ninguno de sus sentidos.

Descartamos por esta razón a las «decisiones razonables y estrictamente racionales» que Atienza propone en su clasificación, pues confunde la racionalidad en sentido estricto - que además abandonaría su calidad de “estricto” - con una razonabilidad, que no sería ni la razonabilidad en sentido estricto ni la razonabilidad en sentido amplio de nuestra clasificación, precisamente porque carece de todo elemento que la haga identificarse como razonabilidad.

Para entender mejor este punto, es importante percibir con claridad, que en la lógica formal - en que se ampara la racionalidad -, los datos se presentan como claros y evidentes, mientras que a través de la argumentación - método que permite establecer lo razonable - se busca alcanzar la adhesión sobre lo que no es evidente sino sólo aceptable.

Entonces, si «una argumentación jamás puede procurar la evidencia y no es posible argumentar contra lo que lo es […], la argumentación no puede intervenir más que si la evidencia es discutida».44 Por lo tanto, sólo se puede buscar una aceptación razonable de aquello que no es estrictamente racional, contrario sensu, lo que es estrictamente racional es evidente y no siéndole necesario recurrir a la argumentación no puede ser calificado simultáneamente como razonable.

Además, aceptar esta posición de Atienza nos llevaría al absurdo de afirmar que se puede hablar de la razonabilidad en tres sentidos: a) como razonabilidad en sentido estricto, b) como razonabilidad en sentido amplio; y, c) como racionalidad en sentido estricto. Lo cual desnaturaliza por completo no sólo la denominación teórica de ambas, sino también su utilización práctica.

c) Razonabilidad en sentido amplio, es aquella que luego de agotados los criterios de un proceso de razonamiento formal lógico deductivo, no logra hacerse evidente y por ende tampoco aceptable, cosa que sólo se alcanza luego de recurrir a criterios de apreciación admisible propias de la razonabilidad en sentido estricto.

En otras palabras, una decisión razonable en sentido amplio, es aquella que amerita en un primer momento el empleo de criterios propios de la racionalidad en sentido estricto, y no siendo éstas suficientes para justificarla, pasa en un segundo momento a utilizar - como complemento - criterios propios de la razonabilidad en sentido estricto. Es decir, es una especie de mixtura de ambas.

Este tipo de razonabilidad es la que se identifica o da lugar a las «decisiones razonables pero no estrictamente racionales» de la clasificación de Atienza, denominación que, una vez eliminadas de nuestra clasificación las «decisiones razonables y estrictamente racionales», dejaría de tener sentido, aunque su contenido prevalezca.

d) Razonabilidad en sentido estricto, es aquella que está orientada estrictamente a valores y/o principios, y por ello mismo, no está ligada a procedimientos de razonamiento que estén vinculados con lo «estrictamente racional» ni siquiera parcialmente (razonabilidad en sentido amplio), sino solamente a criterios de apreciación admisible.

Siendo que el objetivo es hacer posible la aplicación de la razón a los valores, los mismos que carecen de necesidad y evidencia, emplea el método argumentativo a fin de poder conseguir o incrementar la adhesión del auditorio u oyente.

Finalmente, en cuanto al tercer elemento de la clasificación de Atienza, sólo diremos que lo que no es estrictamente racional puede todavía ser sometido a criterios que puedan determinar su razonabilidad, pero lo que no es estrictamente racional, ni razonable en ninguno de sus sentidos, simplemente carece de razón, al menos en el sentido en que venimos usando aquí este término.

REF. BIB

RAZÓN, RACIONALIDAD Y RAZONABILIDAD

Humberto Luis Cuno Cruz*

36 PERELMAN, Chaim, cit. por ATIENZA, Manuel. «¿Para una Razonable Definición de “Razonable”». En: DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, N. 4, 1987. p. 191.

37 VON WRIGHT, George Henrik, cit. por GARZÓN VALDÉS, Ernesto. «¿Puede la Razonabilidad ser un Criterio de Corrección Moral?», En: DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, n. 21-II, 1988. p. 164.

38 RONDINEL SOSA, Rocío. «¿Racionalidad o Razonabilidad en el Derecho?». En: Revista de derecho y Ciencia Política, Vol. 56 (N. 1- N. 2), Lima: Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNMSM, 1999, p. 473.

39 ARISTÓTELES, cit. por RONDINEL SOSA, Rocío. Op. cit., p. 473. 

40 AARNIO, Aulis. Op. cit., p. 247. Rev. Trib. Reg. Trab. 3ª Reg., Belo Horizonte, v.51, n.81, p.205-218, jan./jun.2010 216

En: WINTGENS, Luc J., «Retórica, Razonabilidad y Ética. Un Ensayo sobre Perelman», En: DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, N. 13, 1993. p. 198.

42 ATIENZA, Manuel. Op.cit., p. 192-193. 

43 Ibid., p.193. 217

Rev. Trib. Reg. Trab. 3ª Reg., Belo Horizonte, v.51, n.81, p.205-218, jan./jun.2010 

44 PERELMAN, Chaim. El Imperio Retórico, Retórica y Argumentación. Bogotá: Editorial Norma S.A., 1997. p. 25.

Rev. Trib. Reg. Trab. 3ª Reg., Belo Horizonte, v.51, n.81, p.205-218, jan./jun.2010 218

https://www.trt3.jus.br/escola/download/revista/rev_81/humberto_luiz_cuno_cruz.pdf

https://www.youtube.com/watch?v=aFmDP5dc1r8

9.2. METAFÍSICA:

La metafísica (del latín metaphysica, y este del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más allá de [la] naturaleza»)​ es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad. Esto incluye la clarificación e investigación de algunas de las nociones fundamentales con las que entendemos el mundo, como entidad, ser, existencia, objeto, propiedad, relación, causalidad, tiempo y espacio.

Hoy la metafísica estudia aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación empírica. Según Immanuel Kant, las afirmaciones metafísicas son juicios sintéticos a priori, que por principio escapan a toda experiencia sensible.

Aristóteles designó la metafísica como «primera filosofía».8​ 

La ontología es la parte de la metafísica que se ocupa de investigar qué entidades existen y cuáles no, más allá de las apariencias.​ La metafísica tiene dos temas principales: el primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles es la ciencia que estudia al ser en cuanto tal. El segundo es la teleología, que estudia los fines como causa última de la realidad. 

A lo largo de los siglos, muchos filósofos han sostenido de alguna manera u otra, que la metafísica es imposible.​ Esta tesis tiene una versión fuerte y una versión débil.​ La versión fuerte es que todas las afirmaciones metafísicas carecen de sentido o significado.12​ Esto depende por supuesto de una teoría del significado.​ Ludwig Wittgenstein y los positivistas lógicos fueron defensores explícitos de esta posición. Por otra parte, la versión débil es que si bien las afirmaciones metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y cuáles falsas, pues esto va más allá de las capacidades cognitivas del hombre.

La metafísica procede de distintas maneras:

Es especulativa, cuando parte de un principio supremo, a partir del cual va interpretando la totalidad de la realidad. Un principio de este tipo podría ser la idea, Dios, el ser, la mónada, el espíritu universal, o la voluntad.

Es inductiva, en su intento de consolidar de manera unificada los resultados asociados a todas las ciencias particulares, configurando una imagen metafísica del mundo.

Es reduccionista (ni empírico-inductiva, ni especulativa-deductiva), cuando se la entiende como un mero constructo especulativo a base de presupuestos de los cuales los seres humanos siempre han tenido que partir para poder llegar a conocer y actuar.

https://es.wikipedia.org/wiki/Metaf%C3%ADsica


10. COMPLEMENTOS: RAZONABILIDAD.

Arboles de decisión

Aprendizaje basado en árboles de decisión utiliza un árbol de decisión como un modelo predictivo que mapea observaciones sobre un artículo a conclusiones sobre el valor objetivo del artículo. Es uno de los enfoques de modelado predictivo utilizadas en estadísticas, minería de datos y aprendizaje automático. Los modelos de árbol, donde la variable de destino puede tomar un conjunto finito de valores se denominan árboles de clasificación.

En estas estructuras de árbol, las hojas representan etiquetas de clase y las ramas representan las conjunciones de características que conducen a esas etiquetas de clase. Los árboles de decisión, donde la variable de destino puede tomar valores continuos (por lo general números reales) se llaman árboles de regresión. Los árboles de decisión se encuentran entre los algoritmos populares debido a su simplicidad.


https://es.wikipedia.org/wiki/Aprendizaje_basado_en_%C3%A1rboles_de_decisi%C3%B3n


10.1. SIMON CRITCHLEY

Simon Critchley (Hertfordshire, 27 de febrero de 1960) es un filósofo y profesor universitario británico establecido en Estados Unidos.



Critchley recibió su licenciatura de la Universidad de Essex en 1985, donde quedó influenciado por las obras de Louis Althusser, Michel Foucault y Jacques Derrida. En 1987 Critchley dejó Essex para ir a la Universidad de Niza, donde conoció a Dominique Janicaud, que se convertiría en su última influencia y amigo. Regresó a Essex en 1988 donde se doctoró con una tesis en francés sobre Heidegger y Rudolf Carnap sobre la superación de la metafísica. De la tesis surgió la monografía The Ethics of Deconstruction (Blackwell, 1992).2​3​

Critchley ha enseñado en la Universidad de Cardiff (1988-89), en la Universidad de Essex (1989-2003) y fue director de Programa en el Colegio Internacional de Filosofía de París (1998-2004). Critchley también fue profesor de filosofía a tiempo parcial en la Universidad de Tilburg (2009-2015). Ha sido profesor visitante en la Universidad de Sídney, Notre Dame y en la Facultad de Derecho de Cardozo de la Universidad Yeshiva.3​

Desde 2004 es profesor de filosofía en The New School for Social Research de Nueva York.1​ Cuenta con más de una veintena de obras publicadas de ámbitos tan diversos como la historia de la filosofía, teoría política, religión, ética o estética.4​ También destacan sus monográficos sobre los filósofos Emmanuel Levinas, Jacques Derrida y Martin Heidegger.

Algunos de sus últimos ensayos son Apuntes sobre el suicidio (Alpha Decay, 2016), donde reflexiona sobre los prejuicios sobre el suicidio,5​ y En qué pensamos cuando pensamos en fútbol (Sexto Piso, 2018), un ensayo provocador que aborda el fenómeno del fútbol desde la filosofía.

References

«Simon Critchley's top 10 philosophers' deaths». The Guardian (en inglés). 11 de junio de 2008. Consultado el 13 de noviembre de 2018.

Círculo de Bellas Artes (ed.). «Simon Critchley». Consultado el 13 de noviembre de 2018.

The European Graduate School / EGS (ed.). «Simon Critchley» (en inglés). Consultado el 13 de noviembre de 2018.

Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (ed.). «Simon Critchley». con licencia CC-BY-SA, vía OTRS. Consultado el 13 de noviembre de 2018.

Pardo, Carlos (26 de febrero de 2016). «Filosofar es aprender a morir». El País. Consultado el 13 de noviembre de 2018.

https://es.wikipedia.org/wiki/Simon_Critchley

10.2. JON ELSTER

Jon Elster (born 22 February 1940, Oslo) is a Norwegian social and political theorist who has authored works in the philosophy of social science and rational choice theory. He is also a notable proponent of analytical Marxism, and a critic of neoclassical economics and public choice theory, largely on behavioral and psychological grounds.


JON ELSTER

In 2016, he was awarded the 22nd Johan Skytte Prize in Political Science for his contributions to political science.

Elster earned his Ph.D. in 1972 from the Paris Descartes University in Paris with a dissertation on Karl Marx under the direction of Raymond Aron. Elster was a member of the September Group for many years but left in the early 1990s. Elster previously taught at the University of Oslo in the department of history and held an endowed chair at the University of Chicago, teaching in the departments of philosophy and political science.

He is now Robert K. Merton Professor of Social Sciences with appointments in Political Science and Philosophy at Columbia University and Professeur honoraire at the Collège de France. He was awarded the Jean Nicod Prize in 1997 and the Skytte Prize in Political Science in 2016.

He is a member of the Norwegian Academy of Science and Letters. He is also a member of the American Academy of Arts and Sciences, of the American Philosophical Society, of the Academia Europaea, and a Corresponding Fellow of the British Academy.

Elster is a doctor honoris causa at the universities of Valencia, Stockholm, Oslo, Trondheim (NTNU), Louvain-la-Neuve, Torcuato di Tella, and the National University of Colombia. He is an honorary professor at the University of Chongqing.

Much of Elster's writing is characterized by attempts to use analytical theories, especially rational choice theory, as a springboard for philosophical and ethical analysis, with numerous examples from literature and history. "Elster has made important contributions to several fields," Daniel Little wrote in a review essay. 

"The breadth and depth of his writings are striking in a time of high specialization; he is read and discussed by political scientists, legal scholars, economists, and philosophers. His work is difficult to summarise in a slogan, but ... it is generally informed by a broad and deep acquaintance with relevant literature in economics, political science, history, philosophy, and psychology." 

A student of the philosophy of social science (a topic he investigated through case studies in Explaining Technical Change), Elster strongly argued that social scientific explanations had to be built on top of methodological individualism (the belief that only individuals, not larger entities like "organizations" or "societies", can actually do things) and micro-foundations (explaining big societal changes in terms of individual actions). 

He criticized Marxists and other social scientists for believing in functionalism (the belief that institutions exist because of their effect on society) and instead tried to give Marxism a foundation in game theory (the economic notion that people make choices based on the expected benefits and the choices others are likely to make).

Elster wrote numerous books attempting to use rational choice theory for a wide variety of social explanations. "Rational choice theory is far more than a technical tool for explaining behavior," he once wrote. "It is also, and very importantly, a way of coming to grips with ourselves - not only what we should do, but even what we should be."

He attempted to apply it to topics as varied as politics (Political Psychology), bias and constrained preferences (Sour Grapes), emotions (Alchemies of the Mind), self-restraint (Ulysses and the Sirens, which was selected for the Norwegian Sociology Canon), Marxism (Making Sense of Marx), and more.

In doing so, he elucidated many issues with simplistic notions of rational choice: endogenous preference formation (certain actions today can change preferences tomorrow, so how does one decide which preferences one prefers?), framing (people express different preferences when the same question is asked different ways), imperfect rationality (weakness of the will, emotion, impulsiveness, habit, self-deception) and our adjustments for it, and time preferences, among others.

As time went on Elster began to sour on rational choice. A 1991 review in the London Review of Books noted "Elster has lost his bearings, or at least his faith. [His latest books], he says, 'reflects an increasing disillusion with the power of reason'."[6] His magisterial 500-page book Explaining Social Behavior includes something of a recantation:

I now believe that the rational-choice theory has less explanatory power than I used to think. Do real people act on the calculations that make up many pages of mathematical appendixes in leading journals? I do not think so. ... There is no general nonintentional mechanism that can simulate or mimic rationality. ... 

At the same time, empirical support ... tends to be quite weak. This is of course a sweeping statement. ... let me simply point out the high level of disagreement among competent scholars ... fundamental, persistent disagreements among 'schools.' We never observe the kind of many-decimal-points precision that would put the controversy to rest. 

The book discusses both rational behaviors, but also irrational behavior, which Elster says is "widespread and frequent [but] not inevitable ... we want to be rational". A more recent book, Le désintéressement (part of a two-volume Traité critique de l’homme économique), explores the ramifications of these insights for the possibility of disinterested action. 

References

 Yeghiayan, Eddie. "JON ELSTER A Selected Bibliography". UCI Department of Philosophy. Archived from the original on 2000-08-16. Retrieved 2008-04-18.

 "Gruppe 3: Idéfag" (in Norwegian). Norwegian Academy of Science and Letters. Archived from the original on 27 September 2011. Retrieved 28 October 2009.

 "Honorary Doctors". www.ntnu.edu. Retrieved 2018-12-06.

 The chapter on Jon Elster by Daniel Little in New Horizons in Economic Thought: Appraisals of Leading Economists, edited by Warren Samuels (Edward Elgar Publishing, 1992) ISBN 1-85278-379-6. Also available as download [1]

 Elster, Jon (1993). "Some unresolved problems in the theory of rational behavior". Acta Sociologica. 36 (3): 179–189 [p. 179]. doi:10.1177/000169939303600303.

 Hollis, Martin, Why Elster is stuck and needs to recover his faith, London Review of Books, 13 January 1991

 Explaining Social Behaviour, pp. 5, 25ff

10.3. Prospect theory

Daniel Kahneman, who won the 2002 Nobel Memorial Prize in Economics for his work developing prospect theory.



Prospect theory is a theory of the psychology of choice and finds application in behavioral economics and behavioral finance. It was developed by Daniel Kahneman and Amos Tversky in 1979.[1] The theory was cited in the decision to award Kahneman the 2002 Nobel Memorial Prize in Economics. 

Based on results from controlled studies, it describes how individuals assess their loss and gain perspectives in an asymmetric manner (see loss aversion). 

In the original formulation of the theory, the term prospect referred to the predictable results of a lottery. However, prospect theory can also be applied to the prediction of other forms of behaviors and decisions.

Kahneman, Daniel (2011). Thinking, Fast, and Slow. Farrar, Straus, and Giroux. ISBN 978-1-4299-6935-2. Retrieved March 10, 2016.

Kahneman, Daniel; Tversky, Amos (1979). "Prospect Theory: An Analysis of Decision under Risk" (PDF). Econometrica. 47 (2): 263–291. CiteSeerX 10.1.1.407.1910. doi:10.2307/1914185. ISSN 0012-9682. JSTOR 1914185.

Tversky, Amos; Kahneman, Daniel (1992). "Advances in prospect theory: Cumulative representation of uncertainty". Journal of Risk and Uncertainty. 5 (4): 297–323. CiteSeerX 10.1.1.320.8769. doi:10.1007/BF00122574. ISSN 0895-5646. S2CID 8456150.

10.4. Christopher Cherniak



From Wikipedia, the free encyclopedia

Christopher Cherniak is an American neuroscientist, a member of the University of Maryland Philosophy Department. Cherniak’s research trajectory started in the theory of knowledge and led to computational neuroanatomy and genomics. The underlying linkage between the areas concerns models of the agent: The work began with more realistic, bounded-resource models of rationality. From this epistemology in turn stemmed a research program concerning optimal-wiring models of global brain and genome anatomy, a structuralist approach.

Cherniak’s monograph Minimal Rationality states that[1] [2] perhaps the most fundamental psychological law is that humans are finite beings. Bounded-resource models of the agent characterize human rationality as falling between nothing and perfection. 

This research program proceeds from a holistic rather than a compartmentalized perspective, where philosophy and science are distinct but inextricably interconnected. For instance, the classical paradoxes of semantics and set theory can be reexamined not as pathology, but instead as signs of use of “quick and dirty heuristics” - that is, speed-reliability tradeoffs of correctness for feasibility. 

10.5. Genome as NanoBrain

The next chapter of this research program: Concepts from the theory of computation can be applied to understand the structure and function of organisms' DNA. The Crick-Watson double-helix model emerged at the same place and time as Turing's final work, namely Cambridge around 1950, so an idea of DNA-as-Turing-machine-tape has floated around for decades.

In particular, the genome can be treated like a "nano-brain” or pico-computer to see whether similar connection minimization strategies also appear in gene networks. As sketched above, for decades, wiring optimization in the brain has been reported that begins to approach some of the most precisely confirmed predictions in neuroscience.

https://en.wikipedia.org/wiki/Christopher_Cherniak

PCAV// 140121


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