Jornadas del Departamento de Psiconálisis y política "Política de las cosas, política de la transferencia".
"Se dice que la democracia es igualdad; pero al ser los seres hablantes inconmensurables, insustituibles e inclasificables. ¿Qué tipo de igualdad se puede instituir entre inconmensurables? A caso no es esa inconmensurabilidad lo que constituye la sustancia de las libertades de los seres hablantes. Pero la democracia verbal no lo entiende así, quiere la igualdad sustancial porque es el tipo de igualdad que conviene a las cosas" (1). Entonces, los seres hablantes son sumergidos en el espacio de lo conmensurable y lo sustituible y la evaluación es el método que sustenta e instala la metamorfosis de los hombres en cosas. De esa sumersión a la sumisión hay un paso.
"Sin el término seductor de democracia la realidad de la obediencia generalizada corre el riesgo de no poder ser negada. Es decir la transparencia absoluta requiere el disimulo absoluto." (2)
Jean-Claude Milner muestra muy bien en su libro La política de las cosas que la consigna de la evaluación es una homonimia embustera, bajo la cual se produce una objetalización de las enfermedades del alma. En esta época de la aldea global es factible que el sujeto se deslice al lugar del objeto. Sabemos que la salud mental no existe, no obstante existen las políticas que autorizan el uso de procedimientos alienantes que nos van dejando sin escapatoria, casi sin darnos cuenta, se va produciendo un giro que puede ser sin retorno. En este preciso momento esto concierne de modo especialmente acuciante al psicoanálisis y a los psicoanalistas que trabajamos en las instituciones.
Milner en La política de las cosas sostiene: "El elemento más crítico, que anuncia más claramente los tiempos nuevos, es que el paso no está marcado por nadie. Más bien, está marcado por la realidad de las cosas. Es lo que llamo « la política de las cosas »: la política sin acto de la cual el programa es seguir estrictamente en todo lo que exigen las cosas por sí mismas." (3)
Pero, ¿cómo se habla en nombre de las cosas, a qué devaluación de la palabra asistimos en la era del imperio de la evaluación? Milner responde: "...los intérpretes cambian a lo largo de las horas, pero para que se escuche bien que hablan en nombre de las cosas, saben generalmente atenerse a la lengua más pobre y a las ideas más disecadas." (4)
En definitiva: "la dictadura del plus de gozar devasta la naturaleza, hace estallar el matrimonio, dispersa la familia y modifica los cuerpos." (5) Es decir el ascenso en el socielo del plus de gozar y sus objetos tiene como consecuencia en la subjetividad que las cosas de familia en el inconsciente no adquieren la dimensión de suposición de saber. Los hombres al abandonarse a ser llevados por los objetos de la producción se dejan gobernar por las cosas. Y las cosas gobiernan mal. La política de las cosas obtura la creencia en el inconsciente y produce un efecto sobre la herramienta de la palabra, el aplanamiento de la misma y pone en relieve cuerpos intervenidos por el empuje a gozar ¿A qué lugar adviene la transferencia hoy, ya que los cuerpos son cuerpos tiranizados por el plus de gozar y el saber se ve reducido a una demanda de saber técnico?
La inversión llevada a cabo a partir de la última enseñanza de Lacan es una inversión de lo que decíamos tradicionalmente: "el sujeto supuesto saber es pivote de la transferencia. El último Lacan dice otra cosa, indica más bien que la transferencia es el soporte del sujeto supuesto saber. En otras palabras, señala que lo que hace existir el inconsciente como saber es el amor . Entonces la inversión es también apuesta." (6)
Este es un tiempo decisivo, el de la evaluación como significante amo que configura una relación entre la política y los seres hablantes cosificados. La orientación lacaniana desvía la atención dirigida a la realidad de las cosas y orienta la deferencia a lo real del acto.
Argumento
La propagación de la evaluación y su carácter aparentemente incontrastable sólo se entenderá si se tiene en cuenta la perspectiva que anuncia la compulsión a evaluar. Punto de vista que podríamos sintetizar así: gracias a la evaluación las cosas podrán al fin gobernar. Gobernarse ellas mismas y gobernar a los hombres. Evaluar es clasificar, calcular, medir para contabilizar.
La propagación de la evaluación y su carácter aparentemente incontrastable sólo se entenderá si se tiene en cuenta la perspectiva que anuncia la compulsión a evaluar. Punto de vista que podríamos sintetizar así: gracias a la evaluación las cosas podrán al fin gobernar. Gobernarse ellas mismas y gobernar a los hombres. Evaluar es clasificar, calcular, medir para contabilizar.
"Se dice que la democracia es igualdad; pero al ser los seres hablantes inconmensurables, insustituibles e inclasificables. ¿Qué tipo de igualdad se puede instituir entre inconmensurables? A caso no es esa inconmensurabilidad lo que constituye la sustancia de las libertades de los seres hablantes. Pero la democracia verbal no lo entiende así, quiere la igualdad sustancial porque es el tipo de igualdad que conviene a las cosas" (1). Entonces, los seres hablantes son sumergidos en el espacio de lo conmensurable y lo sustituible y la evaluación es el método que sustenta e instala la metamorfosis de los hombres en cosas. De esa sumersión a la sumisión hay un paso.
"Sin el término seductor de democracia la realidad de la obediencia generalizada corre el riesgo de no poder ser negada. Es decir la transparencia absoluta requiere el disimulo absoluto." (2)
Jean-Claude Milner muestra muy bien en su libro La política de las cosas que la consigna de la evaluación es una homonimia embustera, bajo la cual se produce una objetalización de las enfermedades del alma. En esta época de la aldea global es factible que el sujeto se deslice al lugar del objeto. Sabemos que la salud mental no existe, no obstante existen las políticas que autorizan el uso de procedimientos alienantes que nos van dejando sin escapatoria, casi sin darnos cuenta, se va produciendo un giro que puede ser sin retorno. En este preciso momento esto concierne de modo especialmente acuciante al psicoanálisis y a los psicoanalistas que trabajamos en las instituciones.
Milner en La política de las cosas sostiene: "El elemento más crítico, que anuncia más claramente los tiempos nuevos, es que el paso no está marcado por nadie. Más bien, está marcado por la realidad de las cosas. Es lo que llamo « la política de las cosas »: la política sin acto de la cual el programa es seguir estrictamente en todo lo que exigen las cosas por sí mismas." (3)
Pero, ¿cómo se habla en nombre de las cosas, a qué devaluación de la palabra asistimos en la era del imperio de la evaluación? Milner responde: "...los intérpretes cambian a lo largo de las horas, pero para que se escuche bien que hablan en nombre de las cosas, saben generalmente atenerse a la lengua más pobre y a las ideas más disecadas." (4)
En definitiva: "la dictadura del plus de gozar devasta la naturaleza, hace estallar el matrimonio, dispersa la familia y modifica los cuerpos." (5) Es decir el ascenso en el socielo del plus de gozar y sus objetos tiene como consecuencia en la subjetividad que las cosas de familia en el inconsciente no adquieren la dimensión de suposición de saber. Los hombres al abandonarse a ser llevados por los objetos de la producción se dejan gobernar por las cosas. Y las cosas gobiernan mal. La política de las cosas obtura la creencia en el inconsciente y produce un efecto sobre la herramienta de la palabra, el aplanamiento de la misma y pone en relieve cuerpos intervenidos por el empuje a gozar ¿A qué lugar adviene la transferencia hoy, ya que los cuerpos son cuerpos tiranizados por el plus de gozar y el saber se ve reducido a una demanda de saber técnico?
La inversión llevada a cabo a partir de la última enseñanza de Lacan es una inversión de lo que decíamos tradicionalmente: "el sujeto supuesto saber es pivote de la transferencia. El último Lacan dice otra cosa, indica más bien que la transferencia es el soporte del sujeto supuesto saber. En otras palabras, señala que lo que hace existir el inconsciente como saber es el amor . Entonces la inversión es también apuesta." (6)
Este es un tiempo decisivo, el de la evaluación como significante amo que configura una relación entre la política y los seres hablantes cosificados. La orientación lacaniana desvía la atención dirigida a la realidad de las cosas y orienta la deferencia a lo real del acto.
(1) Alvarez Margarita Resumen del capítulo “Política de las cosas política de los hombres” de Política de las cosas de J-C- Milner en Internet http://nel-medellin.org/
(2)Ibíd.
(3)Milner, J.-C., La política de las cosas Miguel Gómez ediciones , Málaga 2007
(4)Ibíd.
(5) Miller, J.-A., “Una fantasía” en Revista Lacaniana N° 3 Publicación de la EOL, Bs. As. Agosto. 2005
(6) Ibíd.
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Consultar : La eficacia del Psicoanálisis
Te acordás de este texto?
"Una nueva modalidad del síntoma" de Jacques-Alain Miller
Podés volver a leerlo en
http://virtualia.eol.org.ar/001/notas/index-001.html
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